Carlos Vega, un nicaragüense nacido en Jinotepe, Carazo y crecido en Miami, Estados Unidos, decidió hace unos años emprender un pequeño negocio para proyectar el café de Nicaragua. Así fundó su cafetería Nolita flamante Café Integral en la ciudad de Nueva York.
Vega puso en marcha el Café Integral con la misión de compartir su orgullo por el exquisito café de su país. «Siempre me ha gustado estar en Nicaragua más que cualquier otra cosa», expresó Vega. «Cuando era joven, quería ser un biólogo marino. Luego me convertí en un apasionado de la fotografía» continuó el pinolero.
No obstante, Vega le apuntó al emprendedurismo y comenzó su negocio Café Integral cuando era muy joven -acababa de salir de la Universidad de Nueva York con tan solo 23 años- no dudando que Nicaragua produce «un increíble grano de clase mundial, el café» que no pudo encontrar en Nueva York».
Café Integral se ha convertido en una cafetería de mucha afluencia en Nueva York, y se ha ganado la atención suficiente para que el jinotepino haya decidido abrir otra tienda de café en un hotel de Chicago y espera expandirse a Miami y Los Ángeles.
Nolita es un lugar extremadamente fino, construido al estilo de los restaurantes australianos de Nueva York.
Carlos Vega enamorado de su país viaja cada cuatro meses a Nicaragua y se encuentra muy satisfecho y contento por hacer grande a la tierra pinolera y los frutos que cosechan sus campesinos y campesinas en un país tan grande como Estados Unidos.
Un cliente frecuente, Andrés, reconoce el afán del jinotepino por volver su negocio en un lugar muy ameno y exquisito para relajarse, leer un libro o sentarse a charlar un par de horas. Maravillado por su crecimiento económico, admira el sueño del nicaragüense hecho realidad en una tierra ajena.