Se podría decir que Sasha Obama, la pequeña de las hijas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, jamás ha tenido la necesidad de trabajar.
Tiene 15 años y lleva ocho viviendo en la Casa Blanca con decenas de sirvientes a su orden. Pero parece que sus padres se han empeñado en demostrarle a ella y a su hermana Malia que hay más vida tras las lujosas paredes de su residencia y, sobre todo, quieren enseñarles el valor del trabajo.
Quizá por eso no sorprende que Sasha esté trabajando este verano en Nancy’s, un restaurante de mariscos en Martha’s Vineyard, una isla situada en la costa este de Estados Unidos.
Intentando pasar desapercibida, la joven ha decidido que en el restaurante la llamen por su nombre completo: Natasha. Durante estos días se la ha visto muy interesada en aprender el oficio de la industria de la hostelería y no le ha hecho el feo a nada. Ya estuvo encargada de la caja registradora, también ha sido camarera y ha llegado antes de la apertura del establecimiento para preparar el restaurante. Incluso ha trabajado en el área de comida para llevar, ha dicho uno de los camareros del lugar al diario Boston Herald, quien ha publicado la noticia. También reveló que antes de que supieran quién era ella se preguntaban por qué había seis personas cuidando de ella, luego descubrimos quién era, señaló.
Aunque Barack y Michelle Obama intentan que sus hijas tengan una vida normal como la de cualquier joven de su edad, es inevitable que debido a su condición cuenten con más seguridad que otros jóvenes. Por eso seis agentes del servicio secreto de EU han acompañado en todo momento a Sasha. Los funcionarios han intentado mantenerse alejados y no interrumpir las tareas de la hija menor del presidente.
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