Jennifer Venditti, de Massachusetts, compartió fotos de su hijo Channing, de 3, antes de que el niño se metiera en la laguna «siete Mares» en el Grand Floridian Resort & Spa en Orlando.
Las imágenes fueron tomadas de entre las 20:00-20:30 de la noche del martes. Una hora después, a las 21:20, el niño fue atacado y arrastrado al agua por un caimán.
Su padre intentó salvarlo, pero no pudo arrancarle al niño de las garras del animal.
Aunque hay signos «no nadar» en la playa en donde ocurrió el incidente, dichas señales no advierten del peligro de caimanes. Disney dijo que va a «revisar a fondo» los rótulos tras una serie de críticas por la falta de advertencia de esos peligrosos animales.
Venditti publicó en su cuenta de Facebook: «…Les puedo asegurar que los cocodrilos no estaban en mi mente en lo absoluto cuando Channing estaba en el agua. Es una pequeña playa, rodeada de piscinas, toboganes de agua, un restaurante y un pozo de fuego. No puedo concebir que un cocodrilo estuviera en un espacio tan pequeño».
Asimismo, instó a la gente a orar por la familia a raíz de la tragedia. El niño jugaba a 10 pies de la orilla de la laguna cuando fue arrebatado por el depredador.
Ayer por la noche, la Policía de Orange confirmó que el cuerpo de carril había sido recuperado ‘intacto’ de la laguna.
Las autoridades habían recorrido el área con un barco, helicóptero y con un equipo de buceo y se utilizó equipo especial para localizar finalmente el cuerpo en el agua.
La familia estaba en el tercer día de sus vacaciones en Orlando, cuando la tragedia golpeó la noche del martes.