El Festival Vegetariano tailandés es algo más que brotes y tofu: es una agresión para los sentidos, y para la mayoría de los devotos, sobre el mismo cuerpo.
El elemento más llamativo de esta celebración taoísta de nueve días tiene poco que ver con la comida. En rituales sagrados, devotos conocidos como «Mah Song» o «Caballos Espirituales» entran en trance para que les perforen el rostro con toda clase de objetos, desde dagas y espadas a una bicicleta. Después bailan mientras una gran cantidad de fuegos artificiales estallan sobre ellos.
El festival anual en Phuket se ha convertido en una atracción turística con grandes y ruidosas procesiones acompañadas por fuegos artificiales, gongs y tambores por las calles. Muchos vecinos de la ciudad tienen ancestros chinos, y los devotos de los muchos templos chinos de la ciudad llevan a los dioses emperadores de sus santuarios en andas cargadas a hombros.
El Festival Vegetariano comienza en la víspera del noveno mes lunar del calendario chino y se observa sobre todo en los países del sureste asiático, incluidos Tailandia, Malasia, Singapur y Mianmar. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX, cuando una compañía de actores chinos de gira en Phuket cayeron enfermos. Se decidió que debían abstenerse de comer carne, y pronto estuvieron todos recuperados.
Se cree que el festival y sus rituales sagrados dan buena suerte. Los devotos siguen una fiel dieta vegetariana o vegana que se cree purifica el cuerpo y otorga beneficios. Los fieles creen que los que experimentan las perforaciones no sufren dolor cuando están en trance.
PHUKET, Tailandia (AP)