Comprometidos con la calidad que se extiende a todas las áreas de trabajo, Cocibolca Textiles, un emprendimiento familiar dedicado a la confección de uniformes industriales, garantiza en sus productos la durabilidad y resistencia.
El silencio característico del distrito 2 de Managua es opacado por el sonar de la máquina de coser en la casa 27 de la zona de las Brisas, ahí más de dos máquinas van casi al mismo compás, encontrando reposo únicamente en el final de la costura de las telas color azul, gris, verde o naranja fluorescente que se compagina con el reflector de uno de los más de cien chalecos que tiene que entregar y etiquetar bajo el nombre de su emprendimiento Cocibolca Textiles.
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María Delfa Ocon, Licenciada en Administración de Empresas y ahora propietaria de Cocibolca Textiles, recuerda que la conformación de su idea de negocio inició con la confección de cojines y arreglo de ropa, luego que a sus 40 años cerrará el ciclo de 8 horas laborales para dedicarse por tiempo completo a conformar su emprendimiento.
Cocibolca Textiles da sus primeros pasos con una máquina de coser que posee Delfa desde sus 19 años, edad en la que aprendió las técnicas básicas de la costura, aventurándose a realizar trabajos de corte y confección, pero fue el “saber escuchar al cliente” lo que le brindó información útil para diseñar una estrategia más segmentada y enfocada a un público específico. Durante una visita de un cliente, quien era intermediario de una empresa, recibió la propuesta de elaborar la indumentaria de los trabajadores en grandes cantidades. Ocon aceptó y comenzó a fabricar.
Sumado al apoyo de su esposo y posterior el de su hijo, transforma su casa de habitación en un taller que rápidamente capta la atención de otras empresas con gran demanda, lo que la conlleva a investigar fuentes de financiamiento hasta encontrarse con el programa del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional “80/20”, que le permitió inyectarle a Cocibolca Textiles la innovación tecnológica necesaria, además de capacitarse en el rubro hasta establecerse de manera formal en el mercado.
Reconoce que en el proceso de aprendizaje tuvo desaciertos, pero gracias a prueba y error, alcanza la calidad deseada en la confección de uniformes industriales, tan diversos como la construcción, minería, transporte terrestre, batas, delantales, camisetas, pantalones, gorros y otros elementos de protección personal que ofrece desde Cocibolca Textiles, nombre de su emprendimiento inspirado en el Gran Lago de Nicaragua, Cocibolca, lugar donde vivió los mejores años de su vida, mismo que revive con cada logro que obtiene.
Con un total de 16 máquinas, tres empleos directos y la generación de más de 10 puestos indirectos, Cocibolca Textiles se proyecta a continuar creciendo, pero esta vez enfocándose en los objetivos del heredero del emprendimiento familiar, su hijo Félix Alemán Ocon, quien desea expandir el negocio en las áreas de serigrafía, sublimación y bordados, manteniéndose fiel a la recomendación de su madre “una vez que ya te determinaste a hacerlo, es tener paciencia y perseverancia” concluye.
