Comienza a bajar el incesante calor en Managua, propio de la época de verano, pero ni las temperaturas más altas pueden detener a la enérgica juventud. Un grupo de chavalas llega al local, donde hace un par de horas atrás almorzaban los oficinistas de la zona, pero que ahora cambia su faceta para esperar los fiestones, el pastel y a la cumpleañera.
La celebración está igual de segura que la orden de helado que pidió el papá del niño colochón que está en la mesa de la entrada y llegará tan rápido como las bebidas refrescantes que pidieron dos amigos mientras juegan Jenga, un popular juego de mesa.
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Así de diverso es el ambiente frente al histórico Parque "General Irineo Estrada Morales", más conocido como Parque Central, ubicado en el centro histórico de Managua, ahí donde los árboles colindan con la Plaza de la Revolución y en ella cierran fila la antigua Catedral de Managua, el Palacio de la Cultura y la Casa de los Pueblos cerca del Lago de Managua.
Ya muchos no lo recuerdan o simplemente lo desconocen. Sin embargo, el año pasado un joven descendiente de la generación "Y Millennials" (nacidos entre 1980 y 1999) despertó del sueño más profundo cuando le sonó el celular, era un conocido de la familia que lo levantó de la cama para invitarlo a ver un lugar que estaban alquilando en un punto próspero de la capital. Sin el mayor interés del mundo cuenta que se alistó para acudir al llamado que le cambió la vida.
Así inicia Avenida Central
Una hermosísima plaza con 360 metros cuadrados de construcción y 380 metros de plazoleta, recubierta en su fachada del verde del césped y de los árboles, forman parte del entorno que lo enamoran por su impresionante infraestructura, que cuenta con una amplia entrada con escalones y a un costado una rampa de concreto para poder subir más fácilmente.
“Ahí empezó la magia digo yo, porque es algo que no teníamos previsto, ni planeado, fue una oportunidad que llegó y nuestro momento era ese”, expresa inspirado el comunicador social de 28 años, mientras expone que lo primero que le ofertaban era uno de los tres kioskos que alberga la plazoleta donde convergen corrientes de aire fresco que relajan el cuerpo y serenan la mente.
Sin un córdoba en el bolsillo, no quería un trozo del pastel, lo quería todo. Ahora, tendría que utilizar sus dotes de comunicador y vender muy bien la idea para conseguir el financiamiento que le permitirá adquirir el espacio completo. Pero ¿quién podría confiar en él a ciegas y tomar tal riesgo económico? Solamente su familia asumió el desafío y aunque no tenían una idea clara, confiaban en su intuición. Relata que pasaba horas sentado en el piso del lugar preguntándose. “Esto es grande, tenemos grandes ideas, pero ¿por dónde empezamos?”.
Valorando opciones
El tiempo apremia para Larios y su familia, entre todos deciden optar por la gastronomía, sin experiencia alguna en el campo más que los presaberes de todo buen nicaragüense. “Así empezamos sin tenerlo todo y nos fuimos complementando, comprando, adquiriendo aquí, allá y conforme la gente venía, íbamos viendo qué es lo que necesitábamos, creo que nuestros primeros clientes nos hicieron saber qué es lo que necesitábamos comprar”, dijo el soñador, quién en algún momento de su vida fue menospreciado por el hecho de ser demasiado joven para optar a una plaza, empleo que exigía experiencia.
Retribuyendo la confianza que su familia le entregó a ojos cerrados, conforma su equipo de trabajo con talento joven, todos graduados de la Escuela Nacional de Hotelería, como es el caso de su chef de 21 años, Marcelo Barquero, con quién inicio operaciones un 22 de diciembre del 2018, abriendo paso a lo que ahora conocemos como Avenida Central nombre que le asignó Larios al lugar por encontrarse en la atractiva Avenida de Bolívar a Chávez y frente al Parque Central de la ciudad.
Vasto menú
La popularidad en platos como el exquisito churrasco y la originalidad de sus hamburguesas que se han convertido en el delirio de quienes la prueban y vuelven por otra, lo han llevado a generar gran aceptación. Además de la creativa comida gourmet, Avenida Central invita a darle el toque final al plato de dos maneras: primeramente, con el grano característico de las regiones del norte de nuestro país, el café, o bien puedes enfriar las papilas gustativas con los sabores de frutas naturales de la reconocida heladería jinotepina Herrera, que cuenta con más de 70 años de tradición y comparte los gustos dietéticos con su línea light para quienes quieren mantenerse en forma.
El pequeño colochón del helado, hace rato que partió con su padre, seguramente recargado para continuar con sus travesuras. Las chicas risueñas que decoraron la mesa marcharon a cambiarse de ropa para la celebración. Ya en la barra que rodea el sitio se apuestan dos tórtolos quienes en medio del coqueteo admiran la puesta de sol y mientras tanto los amigos que estaban en la terraza, cómodos en los sillones de madera, captados por el astro cálido que indica el fin del día retrasan la cuenta e inician otra partida, ya no de Jenga sino de ajedrez, no sin antes pedir en el kiosko de licores una ronda de ron.
Proyectos a futuro
En un sitio rodeado de historia es imposible quedarse con los pensamientos atados. Edgar tiene proyectos en mente para aprovechar y hacer propia de Avenida Central una ruta turística en bicicleta y a futuro nos revela que quiere establecer su marca al Norte de América.
Mientras tanto, hace un par de semanas atrás cambio la sincronía de sus canciones para cada tiempo del día, que investigó con un buen colaborador, por el rock de 1970, abriendo espacio a los músicos nicaragüenses. “Hoy en día tenemos tres meses, ya tuvimos un tributo a Queen, un concierto de música en vivo que fue un éxito para nosotros, el primer concierto y creo que ha sido nuestro mayor logro”, comenta el actual gerente general de Avenida Central.
Ha logrado llenarse de éxito apegándose a una máxima bastante popular: “No es lo que vendés, sino cómo lo vendás” con la cual ha corrido riesgos y lo seguirá haciendo “porque confiamos en Nicaragua, para nosotros el cielo es el límite de nuestro país para salir adelante”, afirma Larios.
Una Avenida Central con espacios tan diversos, sin duda alguna tiene un público amplio que logrará seguir captando, si se mantiene firme a sus proyectos.
Aunque falta mucho camino que recorrer, el joven comunicador se mantiene fiel a su objetivo: hacer de Avenida Central una marca que alberga al talento joven que emprende en Nicaragua.