El Patio de Ceci: Un encuentro único con la naturaleza

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El amor de Ceci por la madre naturaleza no fue inculcada, afirma que siempre ha sentido el lazo de unión inexplicable entre el medio ambiente y ella, tanto así que tras 40 años de estar en Nicaragua, en Semana Santa del 2018 decidió compartir la belleza de sus cactus a través de un emprendimiento que le permitiría también contar con algún tipo de ingreso, El Patio de Ceci.

Los cactus o también llamadas suculentas se dividen en unos 170 géneros y más de 2, 500 especies, algunas de las cuales ya posee Ceci, como la llaman cariñosamente sus nietas con quienes comparte este amor por la naturaleza. “El nombre lo puso una nieta, una hermanita mayor de Gaby (otra nieta), por Ceci. Lo dejé, consiste en yo misma sembrar, reproducir, cuidar, regar, todo lo hago yo, cactus, suculentas y cualquier planta ornamental que vaya a embellecer una casa, entonces, eso es lo que hago y me gusta hacerlo” nos cuenta Cecilia Cruz, oriunda de Colombia.

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Desde la comodidad de su hogar en la tierra de lagos y volcanes ha logrado reproducir hoy en día 400 cactus de diferentes tipos, pero al iniciar su travesía solo contaba con 100 plantas. “Inicialmente yo tenía muchas plantas porque me han gustado eternamente, entonces surgió la idea de que puedo sacarle algún provecho; poco, mucho. También, esto de cuidar plantas es una terapia, entonces uno combina todas esas actividades y ya saca y vende, y sale, muchas cosas, conoce mucha gente, lo obliga a uno a estudiar más cada planta también, a ver el comportamiento, la raíz, por qué se muere, por qué se seca, por qué muchas cosas y empecé”, comenta Cecilia Cruz de 66 años.

El secreto está en compartir

Así como los cactus son capaces de absorber más de 1,000 litros de agua en 48 horas, Cruz al igual se las ha ingeniado para aprender. “Lo más difícil para mí en ese momento fue enfrentarme a algo que yo no había hecho, vender, ¿ya?, porque yo cultivaba muy bonito y regalaba, y regalo todavía de hecho, pero, ir a vender… '¿me comprarán, no me comprarán? ¿Muy caro, muy barato? Yo qué sé', pero son cuestiones que uno enfrenta y las va sorteando y sale adelante, porque ya les coge el ritmo a las cosas también, ya comparte con otra gente que hace lo mismo, entonces yo vendo esto a tanto, porque en estas cosas de emprendedores no hay que tener egoísmo”, asevera la carismática abuela, madre y amiga.

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Las cactáceas como también se les conoce, son cuerpos llenos de agua, lo que les permite llegar a vivir 250 años, es decir dos siglos y medio, por ello se dice que son un árbol genealógico inacabable, tanto así como la virtud de compartir que posee Cecilia.

“Una niña llegó en el Parque Nacional de Feria y le gustó por decir algo, este cactus, este cactus valía 60 córdobas, la niña metió la mano, vio y se fue, pasó como 4 o 5 veces, después la llamé y le digo '¿Cuál cactus le gusta?'; 'Es que no tengo plata'; 'Pero ¿Cuál le gusta?'; 'Es que es este de 60 y tengo 40'; 'Le digo venga, deme esos 40 y llévese el cactus'. Después la mamá volvió a darme las gracias y a la semana siguiente compró como 4 o 5. No gané nada, económicamente, pero sí gané que una niña se fue contenta ese día con lo que quería comprar, pero no tenía”, relata.

Fiel a su principio

Pese a los embates de la vida, Cecilia no se amedrenta, lo que desconoce lo investiga, es toda una autodidacta y cuando de incrementar sus especies se trata no conoce límites, confiesa que más de una vez se ha caído de los árboles por conseguir lo que quiere. Pese a sus lesiones continúa con su ingenio, ahora elabora portamaceteras con productos reciclados.

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“Tengo otros diseños listos, pero que estoy esperando curarme un poco para fabricarlos y lanzarlos, porque esto por un lado me le da un valor, por otro lado, yo estoy aprovechando muchos materiales que son desechados, en algunos proyectos en algunas empresas, entonces los pedacitos de madera que a usted no le sirven a mí me sirven”, señala.

El Patio de Ceci crece cada día más en pro de su visión y ser amigable con el medio ambiente. Antes por falta de conocimiento de proveedor al principio utilizaba maceteras de plástico, ya hoy en día el 95% son de barro con figuras como la tortuga, además, muchas de ellas cuentan con decoraciones pintadas a mano.

En planes…

Admite que su plan a futuro es convertir el porche de su casa en un espacio de convivencia entre la naturaleza y los seres humanos, donde el comprador disfrute de una experiencia única.

“En este trabajo, como en cualquiera, si uno le pone amor, carisma a las cosas sale adelante, por lo tanto, si sale adelante hay éxito y no hay que pensar si tengo 50, 60, 70 o 20 años, cualquier edad es buena si le gusta hacer las cosas y si quiere, entonces, el éxito se lo da cada quién”, finaliza la carismática Ceci.