Pollos Caldera: El zar de los precios solidarios

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Si hay una persona bien posicionada en el Mercado Oriental, ese es Juan Antonio López Caldera, conocido popularmente como Juan Caldera, propietario de Pollos Caldera. Su arduo trabajo lo ha llevado a convertirse en el preferido de los nicaragüenses, pero su surgimiento en el mercado más grande de Centroamérica empezó hace 35 años. 

El punto de partida fue un 23 de octubre 1983 cuando Caldera era tan solo un niño. “Somos tres hermanos: Juan Caldera, su servidor, Carlos Caldera y Francisco Caldera; los tres llegamos hace 35 años a este mercado, en una aventura, donde mi mamá en compañía de nosotros trajimos un canasto de huevos con unas 10 cajillas de huevo a comercializarla en este mercado a bordo de un tren procedente de Nindirí”, comenta su fundador.

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La familia Caldera no tardó mucho en comercializarlos y ascendieron rápidamente con su negocio. Tiempo después un mal manejo de sus recursos económicos los llevó a una estrepitosa caída en el año 2002: “Nadie nos quería vender de crédito, nadie nos quería vender ni de contado porque habíamos tenido problemas serios económicos, sin embargo, la voluntad de Dios siempre ha estado de lado nuestra. Nosotros hemos sido una familia emprendedora, una familia trabajadora y consideramos que una vez de estar en bancarrota el próximo paso era salir de ella”, nos comenta sin reservas.

Aprende de sus caídas y se expande

El comerciante destaca que 7 años de tempestades le sirvieron para innovarse. Primeramente, amplía la línea de productos, pasaron a vender pollo, embutidos y lácteos; trabajando por una atención de calidad, satisfacción y un excelente servicio para sus clientes, socios y proveedores. También expandió su mano de obra, hoy en día cuenta con unos 300 trabajadores, abriendo nuevas plazas y oportunidades en sus 66 sucursales ubicadas a nivel nacional.

“Hemos venido trabajando con una política de solidaridad, en el cual hemos conseguido acuerdos con nuestros proveedores, de manera que podamos ofertar el precio único del Mercado Oriental como lo hacemos en la ciudad de El Rama en Nueva Guinea y en cualquier departamento o comarca de nuestra linda y querida Nicaragua”, asevera su propietario.

Así mismo, desarrolla proyectos sociales compartiendo parte de sus utilidades con sectores de menor ingreso beneficiando a niños, niñas, adolescentes, jóvenes, hombres, mujeres y personas de la tercera edad, brindando el acompañamiento efectivo en situaciones de necesidades.

Continúa trabajando por la prosperidad

En el 2018, varias sucursales de Caldera se vieron afectadas por saqueos e incendios, dejándole estas acciones pérdidas cuantiosas a su negocio, sin embargo, afirma que es en las dificultades donde se forjan las mejores cosechas y apostó por una inversión de unos 160 mil dólares en nuevas infraestructuras y asegura que siguen trabajando con el entusiasmo que los caracteriza.

“El mal nunca se interpone ante el bien y Dios nos tiene aquí adelante nuevamente con brillo, con nuevos aires de salir adelante en cada una de nuestra economía particular”, explica Caldera.

Aplicando las técnicas de la matemática ha logrado caracterizar su negocio por mantener un buen precio en sus productos, accesibles al consumidor, mismo que cala más allá de un intercambio a un regocijo personal que transciende en la adaptación de las necesidades de cada persona, brindando una atención e infraestructura especial para personas con alguna discapacidad, embarazadas y adultos mayores.

“Lo más importante que busca un cliente son; la calidad, los precios y la atención que uno tiene que dar. En esos tres puntos nos hemos enfrascado, por eso es que nos ha ido bien, no hay magia para vender, lo que hay es actitud que tiene que tener todo emprendedor”, aseguró el vendedor.

Un hombre con sueños que cumplir

Afirma que continuará trabajando, ya que su meta de aquí al 2021 es tener 166 sucursales a nivel nacional, distribuidas en los 153 municipios del país y en algunas comarcas, manteniendo precios estables para los nicaragüenses.

“Mi papá, que ya en paz descansa, me decía: vos tenés que ver más allá de lo que ven tus ojos, más allá de lo que hay en esa pared. ¿cómo lo voy hacer? le decía yo porque estaba muy joven, porque yo solo que tuviera láser. No, vos tenés que ir más allá, echar a andar tu sexto sentido y ser un emprendedor de verdad, un emprendedor que busque los sueños, no que solo sueñe y espere el maná del cielo, no tenés que soñar con el éxito, tenés que buscarlo para tenerlo”, concluye Caldera.