Luego de 60 años, Don José Sánchez, recuerda con mucho orgullo sus primeros pasos en este trabajonegocio familiar. "Y comencé haciendo un zapato conocido como pilin de niño y niña y de material sintetico", comentó.
Este artesano monimboseño, del área de montado, pasó a perfeccionar sus conocimientos en el mundo del calzado trabajando 47 años como operario, hasta que motivado por sus hijos creó su taller.
"Él puede haber iniciado con una colección de seis a ocho pares de zapatos, los montaba y se iba a venderlo al mercado. Hoy día andamos con una producción de entre 500 a 600 pares mensuales", dijo William Ortíz, Gerente de W&R Shoes.
Tras 27 años en el mercado nicaragüense y con apoyo del Gobierno mediante la innovación tecnológica, es que mejoraron su imagen con la marca W&R Shoes, adquirieron cinco máquinas industriales y diversificaron el producto con variados diseños y estilos que son: casual, bota vaquera, ejecutivo, botines industriales y sandalias.
"El desarrollo de empaque y mejorar todavía nuestro diseño", puntualizó don William.
El establecimiento crece y se ha vuelto robusto gracias a la unión familiar y a la creatividad. El 85% de la producción se vende en Nicaragua y el 15% en el exterior, especialmente a Costa Rica.
"Por medio de este negocio y mi papá que tiene mucho años yo logré mi profesión. Soy licenciada en Administración de Empresas, mi consejo es que yo vine acá sin saber nada de calzado, porque trabajé en bancos. Venimos de nuestros padres, con mucho potencial, de deseo de trabajar y eso todo mis hermanos y yo lo tenemos", dijo Luisa Ortiz, hija de fundador de W&R Shoes.
"El que se usa ahorita no es el mismo sistema, nosotros nos acostumbramos a agarrar de un solo los clavos y lo metíamos en la boca, porque eso de estar agarrando uno por uno se pierde demasiado tiempo", expresó por su parte uno de los trabajadores con mucha experiencia en Masaya en el oficio de calzado.
Con la temporada escolar se distribuye más la producción en más de 80 tiendas.
"Yo motivo a todas las personas que tengan ese sueño, que lo hagan realidad y que ponga a Dios en todo, porque se realizan los proyectos", expresó Luisa.
Este emprendimiento familiar emplea a 15 trabajadores y próximamente serán más por la buena aceptación del público a estas creaciones nacionales.
"He ayudado bastante a mi familia, yo me siento bien aquí laborando, yo no sabía nada y ahora sé mucho", manifestó el trabajador Juan Escobar.
En Monimbó se ubica este taller de cuero y calzado que es referencia en el territorio nacional y que demuestra que todo esfuerzo y deseo de superación tiene su recompensa.