La Oficina del Sheriff del Condado de Brevard, en el estado de Florida, mostró este viernes el video del ataque contra sus agentes, que se saldó con la muerte del agresor.
En la grabación, se observa a los agentes Brian Potters y Tyler Thoman; que el pasado 30 de agosto pararon un coche en la ciudad de Melbourne y estaban conversando que con dos personas que ya se habían bajado del vehículo.
El sheriff del condado, Wayne Ivey,; destacó que estos dos individuos no tuvieron nada que ver con el ataque.
En un momento dado; Potters pidió a una tercera persona —que estaba en el asiento de atrás con un bebé de 2 meses y un perro— que saliera del coche.
En respuesta, el hombre abrió fuego contra el agente y, cuando los efectivos trataron de ponerse a cubierto; golpeó a Potters en la cabeza con su rifle, mientras Thoman efectuó varios disparos «eliminando la amenaza».
Sheriff lo apoya, diciendo que «el mal nunca puede morir lo suficiente»
El sheriff declaró que un total de 61 cartuchos fueron disparados durante un minuto.
«El ataque fue perpetrado por un criminal con una trayectoria violenta, con un historial de 40 cargos por crímenes que incluyen narcotráfico, asalto agravado con un arma de fuego, agresión contra un agente del orden e intento de un homicidio en primer grado«; dijo.
Tras la agresión sheriff dio a conocer que Potters sufrió una herida en la parte inferior de la pierna, múltiples laceraciones en la cabeza, daño tisular; conmoción cerebral y fracturas del hueso orbital y senos paranasales. El atacante falleció.
Ivey tachó la agresión de «extremadamente violenta», argumentando que el autor del ataque «no tenía absolutamente ningún respeto por la vida humana y se centró en una sola cosa: matar a nuestros agentes para evitar el arresto; ya que sabía que se enfrentaba a varias sentencias de prisión por sus casos pendientes».
«Este individuo obtuvo exactamente lo que se merecía», continuó Ivey. «Y para aquellos que podrían ser lo bastante tontos como para preguntar por qué le disparamos tantas veces, la respuesta es simple; ‘El mal nunca puede morir lo suficiente'», destacó.