Brenda Raymundo había sido diagnosticada con síndrome de ovario poliquístico, por lo que su sueño de ser madre era prácticamente improbable. Junto a su pareja, luchó contra esta determinación y el destino la sorprendió gratamente: dio a luz a 5 bebés.
La mujer de 28 años y su esposo Alejandro habían pasado 3 largos años tratando de formar una familia. En medio del tratamiento, contaron, doctores le suministraron un medicamento para la infertilidad y en dos meses Brenda logró quedar embarazada.
Inicialmente los médicos informaron que podían ver un latido. Sin embargo, una semana después sucedió lo inesperado cuando supieron que serían los felices padres de 5 bebés.
síndrome de ovario poliquístico
«De hecho, estaba llorando por la conmoción cuando hice FaceTime a Alejandro después de la exploración y le dije que no había solo un bebé allí, sino cinco«, comentó la joven madre.
Brenda relata que su esposo pensó que se trataba de una broma, no obstante, cuando vio que ella estaba llorando quedó totalmente perplejo.
«Nadie espera que le digan una semana que está embarazada de un bebé y la semana siguiente descubre que en realidad hay cinco«, agregó.
Felices padres de 5 bebés
También relató que el proceso de su embarazo no fue fácil, pues su esposo no pudo acompañarla a los controles debido a las restricciones por el COVID-19. Únicamente pudo ingresar al momento del parto.
Finalmente, los 5 bebés nacieron el pasado 17 de mayo, a las 31 semanas de su embarazo. Brenda fue ingresada a las 27 semanas porque los médicos temían un embarazo prematuro, algo que se convirtió en una realidad.
«Había comenzado con algunas contracciones unas horas antes y cuando me revisaron dijeron que los bebés estaban en camino, así que tuvieron que llevarme al quirófano de inmediato», dijo.
Brenda y su esposo dieron la bienvenida a Alejandro que pesó 3 lb y 14 kg; Lelani, de 3 lb; Amara, de 3 lb y 3 kg; Antonio, de 3 lb y 8 kg, y Humberto, de 3 lb 12 kg.
La mujer indicó recientemente para The Sun que los 5 bebés pudieron salir del hospital a finales de julio y, aunque la experiencia fue agotadora, hoy se encuentran muy felices de ser padres.
«Se alimentan cada tres horas y tratamos de alimentarlos a todos a la vez, de lo contrario, cuando se van a dormir, si uno se despierta con hambre, también despierta a todos los demás. Afortunadamente estamos viviendo con mi mamá en este momento, así que ella me ayuda todo el tiempo, que es otro par de manos», concluyó.