La huelga en el sector automotriz de Estados Unidos, se ha intensificado con la resolución del sindicato United Auto Workers (UAW); de detener la producción en otras dos plantas de ensamblaje, lo que se suma a la paralización que ya afectaba a 41 centros adicionales.
El llamado sindical atañe a dos plantas, una de Ford en Chicago y otra de General Motors en Lansing (Michigan).
Sin embargo, hace dos semanas se realizan las demandas de mejores salarios entre otros beneficios, es actualmente de 18 mil 600 trabajadores.
El dirigente precisó que la ampliación de la huelga no incluye a Stellantis debido a «progresos significativos» en varios puntos en discusión.
Mientras tanto, el director ejecutivo de Ford, Jim Farley, acusó a la organización sindical de querer dañar a los fabricantes de automóviles.
“Es inusual la estrategia de UAW, que ha declarado huelgas progresivas de forma simultánea en los tres grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos; tiene como objetivo causar “el caos industrial“, precisó el ejecutivo de Ford.
Trabajadores en huelga recibieron el respaldo del presidente de Estados Unidos
Por su parte, Stellantis señaló en un comunicado que sigue trabajando para llegar a un acuerdo que satisfaga las demandas de los trabajadores y “asegure que la compañía puede seguir siendo competitiva ante la feroz competición del mercado”.
Tras el anuncio de Shawn Fain, unos 25 mil trabajadores de General Motors, Ford y Stellantis han abandonado sus puestos de trabajo, alrededor de un 18 por ciento de los afiliados de UAW que trabajan en las tres compañías.
Es fundamental destacar que, la semana pasada, los trabajadores en huelga recibieron el respaldo del presidente Joe Biden, quien visitó un piquete de huelga en un centro de distribución de autopartes de GM en Belleville, en los suburbios de Detroit.
El presidente consideró legítimo el reclamo del sindicato de un aumento salarial del 40 por ciento en el nuevo acuerdo colectivo de cuatro años.