En barrios no tan favorecidos de Estados Unidos, las balaceras entre adolescentes son moneda común; también las cifras de víctimas mortales por una bala perdida o un atraco que termina en tragedia. Si esto suele ocurrir en el estado con una de las legislaciones más restrictivas de Estados Unidos, muchos neoyorquinos están en dudas, preguntándose ¿qué pasará después de que el Tribunal Supremo de luz verde este jueves a llevar armas de fuego en los espacios públicos?. La demócrata Kathy Hochul, gobernadora de Nueva York, calificó de «absolutamente sorprendente«, además de lamentar el mazazo de la justicia como un «día negro»
La decisión del Alto tribunal, que considera que Nueva York viola los derechos consagrados en la Segunda Enmienda, supone un golpe de realidad sobre un Estado desbordado, pese a la legislación vigente, por una oleada de violencia desde 2020, y por extensión para el resto de los Estados. ¿Viajeros armados en el metro? ¿Gente con pistola en el cinturón, en los parques o en la cola del súper? El fallo del Supremo, el segundo más importante desde 2008, cuando dictaminó el derecho a tener armas en casa para defensa propia en virtud de la Segunda Enmienda, suscita más preguntas que respuestas.
Ley Sullivan
La ley vigente en el Estado de Nueva York, la llamada Ley Sullivan, de 1913, exigía que quienes tienen licencia de armas demuestren una causa justificada que les obligue a portar una. Pero la mayoría conservadora del Supremo ha dado la razón, por seis votos a favor y tres en contra, a dos particulares, Brandon Koch y Robert Nash, adultos y residentes al norte del Estado y que reclamaron su derecho a llevarlas, sin requisito alguno, a su antojo. La causa fue presentada en nombre de ambos por la sección local de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas inglesas; principal lobby de las armas).
El Tribunal Supremo de EE UU sentencia que los estadounidenses tienen derecho a llevar armas en público, fuera de sus casas. Corrige así la ley y la práctica histórica en Nueva York, que exigía circunstancias excepcionales para permitir a alguien llevar un arma por la calle. pic.twitter.com/hTmd7Y3HM8
— Matthew Bennett ⚡ thespainreport.eth (@matthewbennett) June 23, 2022
Además del temor a un aumento de los tiroteos, de los que la ciudad es periódico escenario, muchos se preguntan cómo se regulará eso en lugares públicos como el metro y los autobuses, que no han sido ajenos a incidentes con armas de fuego.
Los dos demandantes lograron en su día licencias restringidas que les permitían llevar armas de caza y tiro al blanco; a uno de ellos también se le permitió portar una en sus trayectos al trabajo. Ambos vieron denegado el permiso integral que desean porque no demostraron una “causa justificada” conforme exigía la ley; la más restrictiva del país, junto con la de otros siete Estados, al respecto.
Conflicto de agrupaciones a favor y en contra
Los abogados del capítulo local de la NRA impugnaron la norma, forzando la decisión del Supremo. “El celo de Nueva York es infundado y deja a los neoyorquinos desarmados frente al mal”, resumió la causa el portavoz de otro grupo proarmas en declaraciones a The New York Times. “No creo que podamos olvidar que estamos hablando de un instrumento que está diseñado para matar personas”, dijo en noviembre, cuando la causa de Nueva York llegó al Supremo, Richard Dearing, jefe de apelaciones de la ciudad de Nueva York.
AHORA | El Tribunal Supremo de EE.UU. determina que la Segunda Enmienda garantiza el derecho a portar armas en público.
La decisión revoca una ley de Nueva York que exige que las personas demuestren una necesidad de portar un arma en público.
Pendientes a Microjuris. pic.twitter.com/66QtQF1cex
— Microjuris (@microjuris) June 23, 2022
Tras el incidente de Búfalo (10 muertos) y Uvalde (21), el estado de Nueva York elevó recientemente la edad legal para comprar armas semiautomáticas. Fue la principal medida de un paquete de diez para frenar la deriva violenta. La llamada ley de bandera roja, que da autorización a un juez de confiscar el arma a alguien que representa una amenaza tanto por sí mismo como para los demás, ya estaba vigente en Nueva York, entre otros estados, aunque no pudo impedir la matanza racista de Búfalo, porque los antecedentes del autor se habían traspapelado. Pero la bandera roja resulta eficaz en otros muchos casos.