Nueva York se está alistando para la temporada invernal, conocida por sus intensas nevadas que pueden causar caos en la ciudad si las calles no están despejadas.
Ante este desafío, el Departamento de Saneamiento de Nueva York (DSNY) implementará una nueva tecnología, el BladeRunner 2.0, diseñado para modernizar y optimizar las operaciones de limpieza de nieve en la ciudad.
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El alcalde de Nueva York, Eric Adams, reveló el jueves pasado este innovador sistema que centraliza el despliegue y el seguimiento en tiempo real de quitanieves, esparcidores de sal y vehículos de salmuera. Esta tecnología reemplazará la obsoleta introducida en 2015 y también supervisará las operaciones de recolección y limpieza del DSNY a lo largo del año.
Adams comentó: «Con pronósticos de un invierno nevado, estamos transformando la forma en que monitoreamos nuestras operaciones de nieve, utilizando nueva tecnología para garantizar la seguridad de los neoyorquinos». El sistema BladeRunner 2.0 permitirá rastrear y respaldar eficientemente la flota de aproximadamente 5,000 vehículos en los cinco condados.
Nueva York Estrena Tecnología de Punta
El sistema BladeRunner 2.0 presenta mejoras significativas, como datos de seguimiento GPS mejorados, integración de mapas de Google para una visualización moderna, información en tiempo real sobre el progreso de la salmuera, una nueva capa de datos visuales con ubicaciones estratégicas, capacidad avanzada de búsqueda de vehículos y un sistema basado en la nube para una mayor capacidad de usuarios simultáneos y tiempos de respuesta más rápidos.
Antes de las nevadas previstas, el DSNY activará su centro de comando de nieve, equipado con BladeRunner 2.0, para supervisar las operaciones en la ciudad.
Cada superintendente de DSNY ha sido capacitado para utilizar el sistema, que estará disponible en los 59 talleres de DSNY. Los neoyorquinos podrán seguir el progreso de las quitanieves en sus vecindarios a través de PlowNYC.
Además, para esta temporada de nieve, el DSNY desplegará un mayor número de empleados, una inversión de aproximadamente $500 millones de dólares en la adquisición de nuevos camiones; con el objetivo de estar preparados para limpiar las 19,000 millas de carriles en toda la ciudad.
Con estas modificaciones; cada calle de Nueva York estará en una ruta específica de arado y sal, adaptándose a las condiciones del momento; incluyendo los carriles exclusivos para bicicletas.
