En las primeras horas del Año Nuevo, un trágico incidente sacudió Bourbon Street en Nueva Orleans, EE.UU., donde una camioneta arrolló a una multitud, dejando al menos 10 muertos y 30 heridos. Según testigos y medios locales, el conductor, tras embestir a gran velocidad, descendió del vehículo y abrió fuego, mientras la Policía lo confrontaba.
Durante el intercambio de disparos, el sospechoso fue abatido. La camioneta, con matrícula de Texas, se desplazaba a alta velocidad y mostraba signos de un acto intencionado, según declaraciones oficiales.
El FBI halló artefactos explosivos en la escena, mientras que dos policías resultaron heridos, pero están en condición estable. Aunque en un principio las autoridades ofrecieron versiones contradictorias sobre si se trataba de un acto terrorista, finalmente el caso se investiga como tal. La alcaldesa LaToya Cantrell afirmó que Nueva Orleans había sufrido un atentado terrorista, mientras que la agente del FBI Althea Duncan negó esta calificación.
Anne Kirkpatrick, superintendente de la Policía local, descartó que el incidente estuviera relacionado con conducción bajo los efectos del alcohol y destacó que el atacante actuó con un «comportamiento deliberado» y con la intención de causar una «carnicería». El escritor Ramón Fusté Guillen sugirió que la elección de Bourbon Street como escenario no fue casual.
Camioneta embiste a multitud en Nueva Orleans
Este ataque ha dejado a la ciudad consternada, justo en una de las noches más celebradas del año. Las investigaciones avanzan para esclarecer los motivos detrás del acto, mientras la comunidad lamenta las vidas perdidas.
