Una mujer que recurrió a un donante de esperma se llevó una gran sorpresa cuando su hijo se hizo una prueba de ADN y esta determinó que el padre terminó siendo su doctor; quien le había inyectado un poco de su propia esperma a su mamá. Debido a eso el doctor fue condenado a pagar una millonada.
Cheryl Rousseau y su esposo Peter pensaron que la donación de esperma se había realizado sin problemas. Hasta que en 2018 su hijo, ahora adulto, se hizo una prueba de ADN y descubrió que el doctor John Boyd Coates; era su padre biológico, según dice diario Clarín.
La pareja de Florida (EE.UU.) no dudó en demandar a Coates, acusándolo de usar su propio esperma durante un procedimiento de inseminación artificial en marzo de 1977 en un Hospital de Berlín, en Vermont, dice la denuncia.
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¡Lo niega todo!
Según explican, Coates había testificado bajo juramento durante su declaración de 2019; que él no era el padre y que nunca había usado su propio esperma en ningún procedimiento de inseminación.
Pero una vez que la prueba confirmó que él era el padre genético del hijo de Cheryl, admitió haber usado su propio esperma.
«Nos sorprendió y nos decepcionó el veredicto», dijo Peter Joslin, abogado de Coates.
El jurado de la corte federal en Burlington, Vermont, comenzó a deliberar el martes y llegó a su veredicto este miércoles, en la que concluyó que Coates no reveló que planeaba usar su material genético antes del procedimiento; lo que finalmente causó daño a Cheryl, incumplió un contrato y le causó daños, según el fallo.
El mes pasado, la Junta de Práctica Médica de Vermont le había revocado permanentemente la licencia médica de Coates; quien ejerció la obstetricia y la ginecología en el área central de Vermont en la década de 1970, y ahora está jubilado.
Por otro lado, como si no bastara; también enfrenta una segunda demanda similar que se presentó el año pasado y que continúa pendiente.
Tras ganar la demanda, la pareja recibió $5.250.000. Cheryl Rousseau recibió $250,000 en daños compensatorios y $5 millones por la torta del doctor.