El inmigrante salvadoreño Tomas Mejía murió de varias puñaladas mientras defendía el edificio en el que era conserje en Los Ángeles.
El inmigrante y único sostén de su esposa y familia, había comprado recientemente su primera casa cuando fue asesinado a puñaladas mientras evitaba que un intruso ingresara a un edificio de apartamentos de Los Ángeles donde trabajaba como conserje.
«Murió como vivió», dijo un comunicado publicado por el sindicato de trabajadores de servicios SEIU-USWW en una página de GoFundMe, «como protector y héroe».
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«Era un hombre de familia muy dedicado y un trabajador dedicado a Park La Brea», dijo Chan Rudrapatna, un amigo. «Todo lo que quería era mantener limpio el edificio».
Mejía, de 50 años, resulto apuñalado varias veces en el incidente alrededor de las 2:30 p.m. del 16 de junio, dijo la policía.
El sospechoso es un joven de 17 años que supuestamente quería entrar al edificio para atacar a su novia. Cuando vio a Mejía intentó quitarle sus llaves y él se rehusó. El atacante comenzó a apuñalarlo hasta dejarlo sin vida.
Familiares recuerdan a inmigrante
Con un nudo en la garganta Dora Molina agradece la promesa cumplida de su esposo José Tomas Mejía, un conocido activista en la comunidad latina y miembro del sindicato de conserjes SEIU-USWW.
“El me decía, ‘algún día vamos a tener nuestra casita donde vamos a vivir los últimos años que Dios nos dé juntos y felices’”, dijo Dora, de 60 años.
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El inmigrante de El Salvador era considerado parte fundamental de cada lucha y victoria que tuvo su sindicato durante los últimos 25 años en los que él participó como miembro y activista.
Los amigos del inmigrante salvadoreño dicen que todavía no pueden creer que se haya ido.
«Tenía esta maravillosa sonrisa todo el tiempo», dijo Rudrapatna. «Sonreía cada vez. Trabajaba muy duro».
