Un tribunal federal condenó este jueves a cadena perpetua a un estadounidense blanco, por su ataque racista contra dos clientes negros; a quienes mató a tiros en una tienda de Kentucky.
Gregory Bush, de 53 años, había admitido su culpabilidad y por ello no fue a juicio.
Se le «condena por su atroz y racista ataque a tres personas negras, a las que apuntó por el color de su piel», dijo Kristen Clarke, una alta funcionaria de derechos civiles del Departamento de Justicia.
«Los actos de violencia racista no pueden ser tolerados en nuestro país hoy en día», añadió en un comunicado.
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El 24 de octubre de 2018, Gregory Bush entró en una tienda de comestibles en el suburbio de Louisville, Jeffersontown, armado con una pistola. En los pasillos, siguió a Maurice Stallard, un hombre negro de 69 años al que no conocía, y le disparó en la cabeza.
A continuación salió de la tienda y, en el estacionamiento, disparó a Vickie Lee Jones, una mujer negra de 67 años a la que tampoco conocía. A continuación, apuntó con su pistola a un hombre negro, pero éste también estaba armado y disparó primero.
Además, Gregory Bush se enfrentó a un hombre blanco, también armado, y le dijo: «No dispares y no dispararé: los blancos no disparan a los blancos».
Los tribunales tardaron unas semanas en acusarle de un motivo racista; lo que causó frustración en la ciudad.
Ataque racista contra asiáticos
La mayoría de los estadounidenses opina que el racismo contra las personas de ascendencia asiática aumentó durante el año pasado, especialmente desde que esa minoría fue acusada injustamente de ser responsable de la pandemia del coronavirus, dice una encuesta.
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En ello coincidieron el 71% de los asiáticoestadounidenses, el 66% de los afroestadounidenses, el 59% de los blancos y el 55% de los hispanos.
Por nacion.com