Un hombre fue detenido esta semana por un asesinato sin resolver de hace varias décadas, gracias al ADN obtenido de un escupitajo que lanzó al suelo en 2022, cerca de su casa en Boston, Massachusetts.
Karen Taylor, de 25 años, fue brutalmente apuñalada 15 veces en su apartamento en mayo de 1988. Cerca de su cuerpo, los investigadores encontraron un cheque a nombre de James Holloman, lo que permitió crear un perfil genético con restos de ADN de la escena.
Aunque Holloman, hoy de 65 años, siempre estuvo relacionado con el caso, no se contaba con pruebas suficientes para vincularlo directamente. Su suerte cambió el año pasado, cuando agentes tomaron una muestra de su ADN de un escupitajo en la acera de su residencia en Dorchester.
La Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Suffolk informó que arrestaron y acusaron a Holloman de asesinato en primer grado este jueves.
ADN en un escupitajo vincula a sospechoso con crimen en 1988
Los investigadores determinaron que las muestras coincidían con el ADN encontrado debajo de las uñas de Taylor, en una sudadera ensangrentada y en un cigarrillo hallado cerca del cadáver.
La madre de Karen descubrió el crimen cuando intentó contactarla. Su nieta, de apenas 3 años, contestó el teléfono diciendo que su madre; “estaba durmiendo y no podía despertarla”. La madre de Karen ingresó al apartamento y encontró a su hija muerta en un charco de sangre. La autopsia confirmó que había recibido 15 puñaladas.
Holloman, sin antecedentes penales, permanecerá bajo custodia sin derecho a fianza hasta su comparecencia ante el juez el 29 de octubre. Su abogado ha expresado dudas sobre la validez de las pruebas de ADN tras tantos años después de ese asesinato.