Estados Unidos anunció este martes nuevas sanciones contra cinco entidades y un individuo iraní vinculados al desarrollo nuclear del país, en un movimiento que aumenta la tensión antes de las negociaciones indirectas previstas para este sábado en Omán.
Según los Departamentos del Tesoro y de Estado, las medidas apuntan a organizaciones que respaldan a la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI) y a su subsidiaria, la Compañía de Tecnología de Centrifugadoras (TESA); clave en el enriquecimiento de uranio.
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El sancionado es Majid Mosallat, director de la firma Atbin Ista, acusada de proveer componentes con posible uso nuclear.
«Estados Unidos seguirá exigiendo responsabilidades a quienes apoyen el programa nuclear iraní»; declaró la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, citando la Orden Ejecutiva 13382. La medida, dijo, refuerza la política de «máxima presión» del presidente Donald Trump.

Estados Unidos presiona a Irán
Por su parte, el presidente iraní, Masud Pezeshkian, respondió con firmeza durante el Día Nacional de la Tecnología Nuclear, donde presentó ocho avances tecnológicos: «No renunciaremos a nuestros logros ni aceptaremos amenazas. Cuanto más nos ataquen, más fuerte será nuestra resistencia»; afirmó.
Pezeshkian negó que Irán busque armas nucleares —«lo han verificado mil veces», pero defendió el derecho al desarrollo energético. También criticó la retirada de EE. UU. del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA) y las sanciones posteriores; «Cumplimos nuestros compromisos; ellos no. Si nos amenazan, responderemos».
Las sanciones llegan tras el anuncio de conversaciones en Mascate, mediadas por Omán, para reactivar el diálogo nuclear. Sin embargo, el canciller iraní, Abás Araqchí, aclaró que el contacto entre Teherán y Washington será indirecto, dada la desconfianza mutua.
Expertos ven el movimiento de EE. UU. como una presión previa a la mesa de negociación. Irán, por su parte, insiste en que solo aceptará un diálogo «con dignidad» y condicionado al levantamiento de sanciones.
Mientras, el presidente Pezeshkian envió un mensaje a la región: «No somos agresores, pero sabemos defendernos. Nuestra hermandad con países islámicos es una convicción, no un eslogan».