Una nueva especie de tortuga conocida como cuello de serpiente la descubrieron en Estados Unidos en fósiles de 96 millones de años de antigüedad.
La misma –que data del periodo Cretáscico Superior-pertenece a la suborden Pleurodira.
Bautizada como Pleurochayah appalachius, puntualiza un artículo publicado por la revista especializada Nature.
Tortuga cuello de serpiente australiana /Chelodina longicollis/.
Esta tortuga semiacuática de agua dulce es nativa??, en arroyos y lagunas.
Rasgo más distintivo: cuello largo, con una longitud de +- el 60 % de la longitud del caparazón.
Come insectos, gusanos, renacuajos.
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El hallazgo brinda la evidencia más antigua de tortugas de cuello de serpiente en América del Norte y como fue el proceso migratorio de la extinta familia de botremídidos.
Comparte características sinapomórficas con otras especies de botremídidas.
Tiene una combinación única de cráneo y caparazón. Sus cualidades apuntan a su adaptación marina y capacidad de dispersión en la vida costera.
La fuente subrayó que se les conoce como ‘cuello de serpiente por la manera de retraer el cuello hacia el interior de su caparazón‘.
Esta tortuga tenía un húmero que utiliza como un remo al nadar, en contraposición al movimiento de las aletas de sus similares más modernas.
‘El hueso estaba rodeado de músculos que sostenían su posición para retraerlo al nadar, y parte de un cráneo recuperado muestra una combinación única de características primitivas y derivadas que comparte con otras especies de botremídidos’, argumentaron los expertos.
Una libélula vuela sobre una tortuga de cuello de serpiente australiana (Chelodina longicollis) en la reserva de Tidninbilla, cerca de Canberra, Australia (Lukas Coch, 2020) pic.twitter.com/TJ7OrQ2pMo
— CRCiencia (@CRCiencia) December 29, 2020
Migración de la tortuga
El grupo se originó en el antiguo continente de Gondwana (sur) y luego migró hacia el norte a comienzos del Cretácico Inferior.
Se las conoce como cuello de serpiente por la manera de retraer el cuello hacia el interior de su caparazón.
De acuerdo al estudio, esta especie de tortuga tenía características morfológicas altamente adaptadas a la vida acuática.
El hueso estaba rodeado de músculos que sostenían su posición para retraerlo al nadar, y parte de un cráneo recuperado muestra una combinación única de características primitivas y derivadas que comparte con otras especies de botremídidos, explicaron los científicos.
El equipo de investigadores analizó cuatro especímenes del antiguo sitio en Texas y concluyó que son los ejemplares más antiguos del suborden Pleurodira y la familia botremídidos en América del Norte.
Con información de Prensa Latina