Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos Joe Biden, fue inculpado este jueves por comprar una pistola hace cinco años, época en la que según admitió era asiduo consumidor de drogas.
Fue acusado formalmente de dos cargos por declaración jurada falsa de que no consumía drogas ilegales en el momento en que adquirió un revólver Colt en Delaware (este).
Un tercer cargo lo inculpa por posesión ilegal del revólver, basada en una declaración falsa y pasible de una pena de hasta 10 años de cárcel.
Los cargos se formalizaron por el agente judicial David Weiss, que investigaba a Hunter Biden desde 2018.
Si se lo declara culpable podría recibir una pena máxima de 25 años de cárcel.
Hunter Biden y el «rosario» de acusaciones
Hunter Biden lleva años en la mira del predecesor de su padre, Donald Trump, y de numerosos republicanos; que le acusan de corrupción y aseguran que el Departamento de Justicia intenta encubrirlo.
Su acusación del jueves por posesión ilegal de un arma «es el único delito que ha cometido Hunter Biden que no involucra a Joe Biden el crápula», reaccionó Trump en su plataforma Truth Social, utilizando uno de sus calificaciones favoritos al presidente demócrata.
El martes, los republicanos anunciaron que iban a iniciar una investigación de juicio político contra Biden por los controvertidos asuntos de su hijo; acusando al demócrata de alimentar una «cultura de la corrupción».
La inculpación se produce dos meses después de que se rompiera un acuerdo alcanzado con la Justicia en torno a los cargos de posesión de arma y otros sobre ilícitos fiscales; ante la posibilidad de que el hijo del presidente pudiese ser acusado de otros cargos.
Protección del padre
El presidente siempre ha afirmado estar junto a su hijo en sus reveses personales y legales.
«Mi hijo no hizo nada malo. Confío en él», dijo recientemente Biden sobre los cargos de evasión fiscal y posesión ilegal de un arma de fuego de Hunter.