Dos líderes de la pandilla criminal salvadoreña Mara Salvatrucha, más conocida como la MS-13, Junior Noé Alvarado-Requeno y Miguel Angel Corea, resultaron condenados por asesinato, entre otros delitos, informó este miércoles el Departamento de Justicia estadounidense.
Los dos salvadoreños, Alvarado-Requeno (de 25 años), alias ‘Insolente’ o ‘Trankilo’, y Corea Díaz (39), alias ‘Reaper’, condenados por asesinato y distribución de sustancias ilícitas, como integrantes de una agrupaciión de crimen organizado.
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La MS-13 causa terror «mediante el miedo, la violencia y la intimidación», afirma el vicefiscal general Kenneth A. Polite, de la sección penal del Departamento de Justicia.
Modus operandi de la MS-13
Según los documentos judiciales, la MS-13 está organizada en una serie de subunidades o «camarillas» que operan en zonas geográficas específicas, y cada una está controlada por un solo líder, llamado en ocasiones «Primera Palabra».
Alvarado-Requeno y Corea Díaz eran ambos líderes de la camarilla de los Sailors (Marineros). Corea Díaz ostentaba el título de «Primera Palabra» para toda la costa este y Alvarado-Requeno era su par en el estado de Maryland, también en esa región del país.
Según las pruebas presentadas durante las cuatro semanas que duró el juicio, los condenados controlaron entre 2015 y 2018 la división bautizada «Sailors Locos Salvatruchos Westside» (SLSW), que cometieron asesinatos, extorsiones, tráfico de drogas, lavado de dinero y manipulación de testigos.
Ambos líderes se enfrentan a cadena perpetua.
La pandilla cobraba «un alquiler» a las empresas que operaban en lo que ellos consideraban su territorio.
Según el fiscal federal Erek L. Barron, del distrito de Maryland, la violencia de la MS-13 y de sus pandilleros «es completamente inaceptable»
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La banda también traficaba marihuana, heroína y cocaína y enviaba gran parte de las ganancias a líderes de la mara en El Salvador.
Los Sailors cometieron actos violentos contra presuntos pandilleros rivales y sus propios miembros por violar las reglas.
Tanto Alvarado-Requeno como Corea Díaz quedaron declarados culpables de múltiples asesinatos.
En 2017, un miembro de las maras discutió con un estudiante de secundaria por marihuana. En respuesta, los condenados ordenaron su muerte; tras lo cual ayudaron a ocultar a los autores del crimen. Una de las máximas de la MS-13 es ver, oír y callar.