El cambio climático no es un mito, sino un elemento de la naturaleza que cada vez es más pronunciado. Ejemplo de ello es California, que de romper récord en días sin lluvias el pasado sábado, rompió su marca histórica de precipitaciones el domingo. Ambos reflejan cambios extremos que son los que experimenta el mundo y que cada vez van para peor.
«¿Sabes cuando pones un canario en la mina de carbón y sabes si el aire es venenoso porque el canario muere? California es el canario en la mina de carbón», explica el profesor Justin Mankin, de la universidad de Darmouth, en Estados Unidos.
California es un «indicador crucial para la capacidad de respuesta de la sociedad a este estrés climático».
Situado en la costa oeste de Estados Unidos, las oscilaciones drásticas son parte del clima de California, pero el calentamiento global ha amplificado este patrón.
«Estaciones de sequía muy intensa que vienen con los riesgos de incendios forestales y olas de calor, puntuadas por potentes aguaceros con sus respectivos riesgos de deslaves e inundaciones«, dice Mankin.
Estas intensas oscilaciones son descritas como «latigazos del clima», y California es el estado del país en donde la mayoría de estos extremos climáticos se están registrando primero, afirma el profesor.
Cambios extremos del clima en California
Esto es visible en un repaso al noticiero del último trimestre en el estado: llamados de las autoridades para ahorrar agua, muertes por calor y ciudades arrasadas por los incendios forestales que sólo este año devoraron unos 10.000 km2 de territorio.
Así, en algunas regiones en el norte del estado, los residentes pasaron de recibir advertencias sobre el fuego y el humo, a otras sobre deslaves e inundaciones, debido a las colosales tormentas que entre domingo y lunes avanzaron sobre la región.
De igual manera, las tormentas del domingo, que colapsaron el tráfico en algunas ciudades, también arrastraron escombros de incendios en el norte, dejando a algunas comunidades en alerta.
Pero, a pesar de la intensidad, el agua, que sí contribuyó a poner fin a una intensa temporada de incendios, fue insuficiente para contrarrestar la sequía en la región.
El impacto del cambio climático en California revela que no se trata de un futuro abstracto.