David Lidstone, de 81 años, permanece arrestado desde el pasado 15 de julio, acusado de ocupar ilegalmente una cabaña durante 27 años en un bosque de Canterbury, en New Hampshire (EE.UU.), informa AP.
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‘River Dave’, como lo conocen los navegantes y kayakistas del río Merrimack, vivía completamente solo en una cabaña cubierta con paneles solares y rodeada por un bosque. «Él es un hombre verdaderamente solidario y solo escogió vivir fuera del sistema», afirmó Jodie Gedeon, una kayakista amiga de Lidstone.
Los amigos y conocidos del anciano quieren que Lidstone se quede con la cabaña, por lo que han recogido firmas y han organizado una colecta para pagar los impuestos de la propiedad. «Se trata realmente de humanidad, se trata realmente de compasión, empatía… él no está lastimando a nadie«, agrega Gedeon.
El juez de la Corte Superior del Condado de Merrimack, Andrew Schulman, admite que Lidstone no ha hecho daño a nadie, pero sostiene que la ley está de parte del propietario de la tierra y la cabaña. Además, el problema va más allá de permitir o no que Lidstone se quede con la cabaña, ya que la precaria edificación viola todas las regulaciones urbanísticas y ambientales locales y estatales.
Proceso legal del dueño de la cabaña
Lidstone sostiene que hace unos años el dueño de la propiedad —en posesión de una sola familia desde 1963— le dio permiso para vivir en ella. Sin embargo, Leonard Giles, el actual propietario, inició un proceso legal en el 2016 para desalojarlo. Curiosamente, Lidstone dice que a Giles lo obligan a realizar todo este proceso y esgrime que su cabaña no es ninguna casa, sino un campamento de cacería.
Lidstone lleva casi un mes entre rejas, pero puede recuperar su libertad si acepta irse de la cabaña, si esta es demolida por Giles o si pasa más de 30 días en la cárcel. Él asegura que prefiere pudrirse en la cárcel antes que abandonar su cabaña.