Millones de arañas joro invadieron el norte del estado de Georgia, en Estados Unidos; esta especie puede llegar a medir hasta el tamaño de una palma de mano humana, por lo que los pobladores están preocupados, pues no tienen la certeza de que no sean venenosas.
La araña joro suele tener rayas amarillas brillantes y 7.6 centímetros de diámetro. Otra de sus características es que sus crías suelen dispersarse gracias a un “paracaídas” de telaraña, por lo que pueden llegar a moverse hasta 160 kilómetros; esto es esencial para su “invasión” de la costa este de EU.
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Alta reproducción de arañas
“La gente debería tratar de aprender a vivir con ellas”, fue la lapidaria opinión de Andy Davis, autor principal de un artículo que detalla la situación y científico investigador de la Universidad de Georgia, pues no hay forma viable de reubicarlas, debido a su rápida reproducción; además, su picadura no tiene la fuerza para atravesar la piel y su veneno no es peligroso para los humanos y mascotas.
Se sabe que la araña Joro llegó a EU en 2014 dentro de un contenedor, año desde el cual no han dejado de reproducirse por millones, a tal punto que el año pasado hubo postales de varias localidades de Georgia cubiertas de telarañas.
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Al respecto, el doctor Dave Coyle, profesor asistente de salud forestal y especies invasoras de la Universidad de Clemson, dijo que los avistamientos de arañas Joro comienzan a mediados o finales del verano. “Son simplemente una molestia, aunque aún se desconoce su impacto en las especies de arañas nativas”, precisó.
Las arañas joro son muy comunes en China, Taiwán, Japón y Corea, se les conoce también como “tejedoras de orbes”, pues sus telarañas son circulares y simétricas. Su nombre proviene de los espíritus Jorogumo o Yokai, ambas criaturas del folclore japonés.