En América del Norte, y en especial en Estados Unidos, las muertes por consumo de drogas se incrementaron en 2020, cuando la pandemia de la covid afectó negativamente la capacidad de las autoridades y el sistema sanitario de proporcionar un tratamiento adecuado a los drogodependientes.
Al mismo tiempo, en la región "iban en aumento" el tráfico y el consumo de "fentanilo, cocaína y metanfetamina", informó este jueves la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el órgano de la ONU encargado de velar por el cumplimiento de los tratados antidrogas.
Su informe anual habla de "crisis" al resumir la situación en Norteamérica, marcada por los estragos que está causando el abuso de opioides.
"Las sobredosis y las muertes siguen alimentando una crisis en materia de drogas en la región (…) La amenaza de los opioides sigue estando en niveles epidémicos, con el aumento de la toxicidad de los medicamentos fabricados ilícitamente", resalta la Junta.
La pandemia del coronavirus ha empeorado aún más las cosas, afectando la oferta de las sustancias ilícitas, "su calidad, su grado de contaminación, su potencia y su costo".
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Además, "ha exacerbado la vulnerabilidad de los consumidores de drogas a los efectos negativos en la salud", dificultando el acceso a los medicamentos para los trastornos causados por el consumo de opioides, indican los expertos de la ONU.
Las personas en centros penitenciarios, las mujeres y los adolescentes se contaron entre los grupos "afectados de manera desproporcionada por el consumo de drogas y los problemas de salud".
El informe alerta también de que el abuso de estupefacientes es un problema que se detecta cada vez más en las personas de la tercera edad: "En EEUU, los mayores de 65 años representan algo más del 10 % de la población total. Sin embargo, abarcan el 30 % de las prescripciones médicas", destaca.
"La prevalencia de consumo de analgésicos, tranquilizantes, benzodiacepinas y sedantes en el último año fue mayor en ese grupo de edad que en el conjunto de la población", añade.
Por otro lado, recuerda que "las medidas de legalización del cannabis y las iniciativas de despenalización siguieron evolucionando y dando forma al mercado regional del cannabis".
Nuevos pasos en esa dirección surgieron de las urnas en las pasadas elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020, en las que también se votó sobre varias medidas de liberalización.
Como resultado, los estados federales de Arizona, Montana, Nueva Jersey y Dakota del Sur legalizaron la posesión y el consumo de marihuana con fines recreativos, al tiempo que en Misisipi y Dakota del Sur se dio luz verde al cannabis con fines médicos.
Con estos cambios, "ahora hay 34 estados (federales) en los que se permite el uso de cannabis con fines médicos y 11 estados, además de Washington D.C., en los que se ha legalizado la posesión y el uso de cannabis con fines no médicos", resume la JIFE.