Miami, Estados Unidos | AFP | Un adolescente de Florida acusado de planear un ataque informático a cuentas en Twitter de celebridades, y luego estafar a los seguidores de éstas pidiéndoles criptomonedas, fue sentenciado a tres años en una prisión juvenil tras un acuerdo con la fiscalía, informaron autoridades.
La fiscalía de Florida anunció el acuerdo el martes en el caso de Graham Ivan Clark, de 18 años, descrito como el autor intelectual del hackeo mundial "Bit-Con" de julio de 2020 de las cuentas de Twitter de Elon Musk, Bill Gates, Barack Obama y Joe Biden, entre otros.
La sentencia
El fiscal estatal del condado de Hillsborough, Andrew Warren, dijo que Clark, que tenía 17 años cuando fue acusado, pasaría tres años en una prisión de menores seguidos de tres años de libertad condicional, el máximo permitido por la Ley de delincuentes juveniles de Florida.
Te puede interesar: Seis condenados a muerte por brutal ataque a un menor en Jordania
Si Clark viola los términos de su libertad condicional, puede enfrentar una pena mínima de 10 años en una prisión para adultos.
El ataque informático, que resultó en cargos federales contra otras tres personas, consistió en tomar el mando de las cuentas de estas celebridades y pedirles a sus miles o millones de seguidores que enviaran bitcoins a una cuenta determinada, prometiendo duplicarles su dinero.
"Secuestró las cuentas de gente famosa, pero el dinero que robó procedía de gente normal y trabajadora", dijo Warren.
"Graham Clark debe rendir cuentas por este delito y otros potenciales estafadores deben ver que hay consecuencias".
Warren agregó que el "objetivo, respecto de cualquier niño, siempre que sea posible, es que aprenda la lección sin que su futuro sea destruido" y por esto ofrece una oportunidad de rehabilitación.
También puedes ver: Sudáfrica: Director obligó a un alumno a sacar un móvil de una letrina
El caso fue investigado por autoridades federales, pero Clark fue entregado a las del estado de Florida porque era un menor en ese momento.
Según la fiscalía, Clark utilizó su acceso a los sistemas internos de Twitter para secuestrar las cuentas de varias compañías y celebridades en un esquema que desembocó en el robo de unos 100.000 dólares.
El ataque informático afectó a al menos 130 cuentas, incluyendo la de Biden cuando era candidato a la presidencia.