Florida, estado duramente golpeado por la pandemia de coronavirus en el sureste de Estados Unidos, se preparaba el domingo para afrontar el paso de Isaías, que se espera que gane intensidad de huracán luego de degradarse a tormenta tropical tras azotar la víspera el archipiélago caribeño de las Bahamas.
Las previsiones estimaban que el ciclón podría cobrar fuerza y convertirse en huracán al tocar las costas de Florida, donde pondrá a prueba a los servicios de emergencia en uno de los estados más afectados por al pandemia de COVID-19.
Isaías, que dejó previamente lluvias torrenciales en Bahamas y se degradó a tormenta tropical el sábado por la noche, soplaba vientos de hasta 105 km/h por encima del estrecho de Florida, según el reporte de las 5 (hora local, 9 GMT), ligeramente por debajo de la Categoría 1 de huracanes.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, había advertido que la tormenta iba a fortalecerse y convertirse en huracán durante la noche del sábado al acercarse al sureste de Florida, antes de avanzar hacia la costa este de la península. “Comenzaremos a sentir los impactos de la tormenta esta noche y luego obviamente mañana (domingo), hasta mañana de noche”, anticipó el gobernador, Ron DeSantis. El condado de Palm Beach, 120 kilómetros al norte de Miami, lanzó un aviso de evacuación voluntaria, precisó.
Según el NHC, “aunque Isaías se ha debilitado tras su paso por la isla de Andros (en las Bahamas), debería reforzarse el sábado por la noche y el domingo por la mañana cuando el ciclón se desplazará a las aguas calientes del estrecho de Florida y de la Corriente del Golfo”.
"Isaías debería permanecer huracán hasta el lunes, seguido de una degradación progresiva el lunes por la noche o el martes", añadió el organismo.
Por su parte, el presidente Donald Trump aprobó la declaración de emergencia en Florida para proporcionar ayuda federal y complementar los “esfuerzos” realizados por el estado, según ha informado la Casa Blanca en un comunicado.
Con la autorización, la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) recibe permiso para coordinar, identificar, movilizar y proporcionar los recursos necesarios para aliviar la emergencia, así como para “disminuir o evitar la amenaza de una catástrofe” que afecta a casi una veintena de condados.
La NASA permanece atenta
La NASA seguía de cerca la evolución de la tormenta, que podría perturbar el regreso a la Tierra de dos astronautas a bordo de la cápsula SpaceX, tras dos meses de misión en la Estación Espacial Internacional (ISS). El aterrizaje está previsto el domingo a las 18H41 GMT en el Golfo de México, si las condiciones meteorológicas lo permiten.
Un lugar en la ciudad de Pensacola (en el norte de Florida) es "prioritario" para el amerizaje, con una alternativa frente a Ciudad de Panamá, si el mar está demasiado agitado o los vientos son demasiado fuertes.
Carreteras sumergidas por el lodo, líneas de alta tensión destrozadas, árboles decapitados, casas inundadas… Isaías dejó desde el jueves un rastro de desolación en Puerto Rico, territorio estadounidense, donde se registró un fallecido el sábado, y en República Dominicana. En Bahamas, fue el primer huracán desde que Dorian, de categoría 5 destruyera el año pasado dos de sus islas.
Un test en tiempos de Covid
El gobernador republicano de Florida declaró el viernes el estado de emergencia para los condados de la costa este del Estado, de Miami-Dade a Nasáu, y el presidente Donald Trump firmó una declaración de emergencia para facilitar ayuda federal.
"Esto ayudará a nuestro estado a responder rápidamente a cualquier daño", tuiteó Ron DeSantis.El sur del estado comenzó a sentir los primeros embates de Isaías el sábado por la tarde, y los residentes de Florida se apresuraron a comprar víveres y algunos comerciantes tapiaron sus puertas y ventanas.
"Siempre hay que prepararse, por las dudas, porque nunca se sabe", dijo a la AFP Jason Woodall, de 44 años, mientras tapiaba la entrada de un comercio en la ciudad de Miami.
Aunque es una amenaza menor, Isaías es como un test de cómo podría funcionar una emergencia de este tipo en medio de la crisis de coronavirus.
Florida lamentó el sábado 179 fallecidos por coronavirus en un día, un balance ligeramente bajo, tras registrar récords días anteriores. El estado registra más de 480.000 casos detectados desde el inicio de la pandemia, por delante de Nueva York, que fue el epicentro de la epidemia en Estados Unidos en primavera, y se sitúa por detrás de California, cuya población es dos veces mayor.
Los centros de pruebas de COVID-19 en Florida fueron cerrados el jueves hasta nuevo aviso, puesto que son estructuras de campaña que no pueden resistir fuertes vientos. “Cuando volvamos a hacer test, es probable que constatemos un nuevo aumento de casos”, declaró el alcalde de Miami, Francis Suarez, a la CNN.