Miami, 17 jul (EFE).- El juez Charles Johnson consideró que la familia de Patricia Ripley, la mujer hispana acusada de la muerte de su hijo autista en un lago en Miami, tiene suficiente dinero para pagar su defensa y rechazo que pueda disponer de fondos públicos con ese fin, informaron medios locales
Ripley, que se ha declarado no culpable, está acusada por presuntamente haber empujado a su hijo autista de 9 años al lago, un momento que fue grabado por una cámara de seguridad.
La mujer de 45 años y madre de otro hijo está representada por la abogada Susy Ribero-Ayala y se enfrenta a una condena por asesinato en primer grado, lo cual implica que podría ser sentenciada a muerte.
Te puede interesar: Condenan a oficial que obligó a un indigente a lamer un urinario en Hawái
Según el canal hispano Telemundo, había pedido al juez que la declarara indigente para poder sufragar los costes del juicio.
El juez Johnson dictaminó que en este momento "no puede optar a esta opción", aunque añadió que si la defensa provee de documentos financieros adicionales podría "reconsiderar la petición" para recibir asistencia pública.
El fiscal Gail Levine detalló que Ripley tiene una propiedad en República Dominicana valorada en 685.000 dólares que su familia pretende vender para pagar a los abogados, a lo que se sumaría el salario de su marido y su casa en West Kendall, valorada en 401.000 dólares.
La muerte de Alejandro Ripley, un niño con autismo e incapaz de hablar, al que los que lo conocieron definieron como "feliz" y "dulce", causó gran conmoción en Miami.
Especialmente después de que la Policía detuviera a su madre, solo unas pocas horas después de que el pasado 21 de mayo hubiera denunciado que su hijo había sido secuestrado por dos afroamericanos que buscaban drogas.
También puedes ver: La violencia ha acabado con la vida de 42 niños este 2020 en El Salvador
La Policía comprobó que la historia no era cierta y detuvo a la madre al día siguiente, cuando el cuerpo del niño fue hallado en un estanque cercano a un campo de golf, en el oeste de Miami.
Cuando fue confrontada por los policías, admitió haber tenido que ver con la muerte del niño y dijo que "iba a estar en un mejor lugar", según informaron fuentes policiales.