Houston, Estados Unidos | AFP | El estado de Texas va a reanudar este miércoles las ejecuciones con un hombre condenado por el asesinato de un anciano durante un robo en 1993, terminando con una moratoria de varios meses por la crisis del coronavirus.
La ejecución de Billy Joe Wardlow, de 45 años, está programada para este miércoles en el recinto penitenciario de Huntsville.
Sus abogados intentaron una apelación de último minuto ante la Corte Suprema.
El crimen
Con la ayuda de su novia de entonces, Wardlow retuvo a un anciano llamado Carl Cole para intentar robar su camioneta.
Pero Cole, que tenía 82 años, se resistió y Wardlow, que acababa de cumplir los 18 años, le disparó en la cabeza.
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La pareja intentó huir desde Texas a Montana, en el norte, pero fue detenida en Dakota del Sur después de una persecución de 15 horas desde la pequeña localidad de Texas donde ocurrió el crimen.
En Texas, antes de condenar a muerte a un acusado, los jurados deben probar que esta persona representa un peligro futuro.
El abogado de Wardlow, Richard Burr, argumenta que su cliente era demasiado joven como para que se establezca con una "certeza científica" esta afirmación e interpuso una petición para suspender el proceso.
Para Burr, debido a que el desarrollo cerebral continúa hasta después de que una persona cumple 20 años su "carácter no está completamente formado antes de los 21 años".
Hasta ahora, la Corte Suprema no ha contestado.
En 2005 el alto tribunal abolió la pena de muerte para los condenados de 17 años o menores.
Para la defensa de Wardlow, no hay una diferencia neurológica entre alguien de 17 o de 18 años.
La ejecución de Wardlow fue inicialmente programada para el 29 de abril, pero fue aplazada para este miércoles debido a la pandemia.
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En cada ejecución, hay una gran cantidad de personas involucradas entre guardias de prisión, testigos, familiares del preso y personas cercanas a la víctima.
Si la Corte Suprema no acoge la apelación, Wardlow va a ser la séptima persona ejecutada en Estados Unidos desde comienzo de año y la tercera en Texas.
En este estado, ninguna persona ha sido ejecutada desde principios de febrero.