EE.UU. registró 776 muertes durante las últimas 24 horas por COVID-19, lo que representa la cifra más baja desde marzo. Además, supone una importante bajada en comparación con la cifra de decesos de la jornada anterior, cuando fallecieron 1.568 personas.
De acuerdo con los datos proporcionados por la Universidad Johns Hopkins, el total de fallecidos en ese país asciende a 79.525, mientras que la cifra de infectados es de 1.329.203. Asimismo, 216.169 personas se han recuperado de la enfermedad desde que empezó el brote.
EE.UU. es el país más afectado por la pandemia. Este lunes, el presidente Donald Trump sugirió que en EE.UU. el brote se cobrará la vida de "entre 75.000, 80.000 y 100.000 personas". "Eso es algo horrible", lamentó el mandatario.
Al día siguente, Trump en una entrevista con la cadena ABC admitió que revertir las restricciones destinadas a detener la propagación del nuevo coronavirus puede causar más muertes por COVID-19 en el país. Al mismo tiempo, indicó que las personas también mueren durante la cuarentena por otras causas, como drogas o suicidios.
Por su parte, el máximo experto en infecciones del Gobierno de EE.UU., el director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, había vaticinado a finales del mes de marzo que el COVID-19 dejaría un saldo de entre 100.000 y 200.000 muertos en el país.
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Durante esta semana, la secretaria de prensa del vicepresidente Mike Pence, Katie Miller, y uno de los ayudantes personales de Donald Trump dieron positivo por coronavirus. Al conocer la noticia, tanto Trump como Pence se sometieron a pruebas y ambos dieron negativo.
No obstante, se informó que el comisionado de la Administración de Medicación y Alimentos, Stephen Hahn, se someterá a cuarentena por 2 semanas, después de haberse expuesto a un contagio. Por su parte, Fauci anunció durante la jornada anterior que empezará una "cuarentena modificada", tras entrar en contacto de "bajo riesgo" con un empleado infectado.
Mientras tanto, el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, calificó de "aterrador" el hecho de que tenga que ir a trabajar en medio de la pandemia de coronavirus y después de que 2 empleados de la institución resultaran infectados.
"Da miedo ir a trabajar", confesó Hassett este domingo. "Creo que estaría mucho más seguro si estuviera sentado en casa de lo que lo estaría en el ala oeste. Pero, ya sabe, es el momento en que la gente tiene que reforzar y servir a su país".