El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha deportado a 10 mil inmigrantes desde que inició la crisis por la aparición del nuevo coronavirus en su país.
Dicha medida está amparada por las normas dictadas por el Gobierno estadounidense y buscan mitigar la propagación del virus, así lo reveló, el jueves 9 de abril, el diario The Washington Post.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), citada por el medio, señaló que las deportaciones empezaron el 21 de marzo. Eso quiere decir, en medio de la emergencia por la llegada de la COVID-19.
Las cifras actuales que maneja la CBP indican que hay menos de 100 personas detenidas, una cifra muy distante a los 20 000 inmigrantes que tenían en estos meses el año pasado, en la época que Donald Trump calificó como “crisis fronteriza”.
Según autoridades del CBP, las “expulsiones” han provocado que la inmigración al país del norte se reduzca hasta en un 56 %. La medida también le ha cerrado la puerta a los solicitantes de asilo.
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Según la catedrática de Derecho del Boston College, Kari Hong, lo está sucediendo en la frontera de Estados Unidos es “una tragedia” y Trump está descuidando su “compromiso legal de dar asilo a las personas cuyas vidas están en peligro en otros países”.
En esa misma línea, Paola Luisi, codirectora de la coalición Families Belong Together, indicó que la Administración Trump está “utilizando una pandemia para avanzar en una agenda de supremacía blanca sin tener en cuenta el bienestar de los niños y las familias”.
El pasado 18 de marzo, Donald Trump confirmó que negará la entrada a su país a todos los solicitantes de asilo debido a la crisis del coronavirus.
Hasta la fecha, Estados Unidos contabiliza más de 46 000 casos confirmados con COVID-19, mientras que los fallecidos ascienden a 16 691.