Abel Revill Ochoa, mexicano que había sido condenado a muerte por el crimen de cinco miembros de su familia en Dallas, Texas fue ejecutado este jueves.
Ochoa, que tenía 47 años, recibió una dosis letal del sedante pentobarbital en la prisión de Huntsville, cercana a Houston.
Nacido en la localidad de Vicente Guerrero (Durango, México) en 1973, Ochoa fue condenado a muerte en 2003 por los crímenes contra su propia familia cometidos el 4 de agosto del año anterior.
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Ese día, un domingo, tras ir a la iglesia, Ochoa le pidió a su esposa, Cecilia, 10 dólares para comprar crack, droga a la que el mexicano era adicto.
No consiguió el indulto y mexicano es ejecutado en Texas https://t.co/9cgZRT0m4t pic.twitter.com/be3KH5NUaX
— Antonio Tello (@antoniotello) February 7, 2020
De vuelta a su casa, consumió en el jardín trasero toda la droga que había comprado, mientras dentro del hogar estaban su esposa, sus hijas Crystal (de 7 años) y Anahi (de 9 meses), sus cuñadas Jaqueline y Alma, hermanas de Cecilia, y su suegro, Bartolo.
De acuerdo con la confesión posterior a su captura, Ochoa quiso consumir más crack, pero como sabía que su esposa no le daría dinero fue hasta la habitación y sacó del armario una pistola cargada que tenía ahí guardada.
Hoy, en el 'pabellón de la muerte' de Huntsville, Texas, el mexicano Abel Revill Ochoa será ejecutado por haber matado a su familia.
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— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) February 6, 2020
Ochoa fue entonces hasta la sala de estar, donde estaba toda su familia, y mató a tiros a su esposa, a la bebé, a su suegro y a su cuñada Jaqueline, mientras que su otra cuñada, Alma, quedó gravemente herida.
A su otra hija la mató de cuatro tiros mientras corría hacia la cocina tratando de escapar.
Ochoa fue detenido aproximadamente media hora después de la masacre mientras retiraba dinero de su esposa de un cajero automático.