Washington, 8 oct (Prensa Latina) Las tasas de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en Estados Unidos alcanzaron un nivel récord en 2018, cuando los casos combinados de gonorrea, clamidia y sífilis aumentaron por quinto año consecutivo, indicó hoy un informe.
Según el reporte de vigilancia de las ETS elaborado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en total hubo casi 2,5 millones de infecciones de ese tipo diagnosticadas e informadas en ese año, un incremento del 30 por ciento desde 2013.
"La manera más confiable de evitar la transmisión de las ETS es abstenerse del contacto sexual o de estar en una relación mutuamente monógama a largo plazo con una pareja que no esté infectada" – Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos pic.twitter.com/cQdqQqRtsQ
— AFI Guatemala (@familiaimporta) February 14, 2018
En esos 12 meses nacieron con sífilis mil 306 bebés, una subida del 40 por ciento en comparación con 2017, y que se produjo de forma paralela al aumento del 30 por ciento en la incidencia de la enfermedad entre las mujeres en edad fértil.
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A su vez, los CDC registraron 1,8 millones de casos de clamidia en 2018 -2,9 por ciento más que el año previo-, lo cual la convierte en la ETS más común en Estados Unidos.
De acuerdo con los CDC, estos números que provocan alarma entre los funcionarios de salud del país se deben, en parte, a los recortes en los programas de ETS a nivel estatal y local, y a la disminución del uso del condón entre las personas jóvenes, y los hombres homosexuales y bisexuales.
Fallas del sistema de salud público y privado
Esta es una falla del sistema de salud pública y del sistema privado de atención médica, y tenemos las herramientas para prevenirla, manifestó el doctor Gail Bolan, director de la División de ETS de los CDC.
La mayoría de las personas no tienen signos de síntomas, por lo que no saben que están infectadas, y se convierte en un problema difícil identificar a todos los afectados y que reciban tratamiento, indicó el experto.
Bolan también se refirió al impacto negativo de la erosión de la infraestructura de salud pública, luego de que muchas clínicas de ETS que fueron efectivas en el tratamiento de esas enfermedades cerraron durante la recesión de 2007 a 2009 y nunca volvieron a abrir.
Al mismo tiempo, pacientes de bajos ingresos que no tienen seguro médico o poseen una cobertura insuficiente luchan por encontrar atención en el sistema de atención privada y, en ocasiones, no pueden obtener citas para el tratamiento hasta semanas después de dar positivo por ETS.
Eso aumenta el riesgo de que esas personas no hagan un seguimiento de las citas y posiblemente propaguen la infección, informó Prensa Latina.