MORTON, Mississippi, EE.UU. (AP) — Los inmigrantes residentes de Mississippi se encerraron el jueves en sus casas por temor a ser arrestados, un día después de la mayor redada inmigratoria en Estados Unidos de los últimos 10 años.
Un total de 680 personas fueron arrestadas el miércoles, pero más de 300 habían sido liberadas para la mañana del jueves con notificaciones de presentarse ante los jueces de inmigración, dijo Bryan Cox, el vocero del Servicio de Control de Inmigración de Aduanas (ICE).
Liberados por "razones humanitarias"
Alrededor de 270 fueron liberados del hangar militar a donde fueron llevados tras las redadas, y 30 fueron puestos en libertad en las plantas, comentó Cox. No explicó los motivos de la medida y se limitó a decir que las liberaciones en las plantas fueron por “razones humanitarias”.
Entre los que fueron liberados había 18 menores de edad, el más joven de 14 años, señaló Jere Miles, agente especial que está a cargo de la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional del ICE en Nueva Orleans.
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Un pequeño grupo que buscaba información sobre los inmigrantes detenidos en las redadas del miércoles se reunió el jueves en la mañana afuera de una de las compañías registradas: la planta de Koch Foods Inc. en Morton, un pueblo de aproximadamente 3.000 habitantes a unos 65 kilómetros (40 millas) al oriente de la capital Jackson.
Ronaldo Tomas, quien se identificó como un empleado en otra planta de Koch Foods en el pueblo que no fue allanada por las autoridades, dijo que los niños estaban asustados. Tomas contó que tiene un primo con dos hijos que fue detenido en una de las redadas.
Gabriela Rosales, residente desde hace seis años de Morton que conoce a algunos de los detenidos, dijo que comprendía que había un “proceso y una ley” para quienes viven en el país sin autorización. “Pero lo que hicieron es devastador”, agregó. “Fue devastador ver a todos esos niños llorando, que vieron a sus padres por última vez”.
El miércoles, unos 600 agentes de ICE ingresaron a plantas operadas por cinco compañías y establecieron un perímetro para evitar que los empleados huyeran del lugar. A quienes arrestaron los llevaron a un hangar militar para ser procesados por violaciones inmigratorias.
Antes de las redadas, funcionarios del ICE indicaron que muchas personas serían dejadas en libertad con un citatorio para comparecer en la corte porque nunca antes habían estado en proceso de deportación. Esas personas no fueron encarceladas, pero probablemente no podrán recuperar sus empleos porque el gobierno federal afirma que están en el país de manera ilegal. Los funcionarios dijeron que otras personas serían dejadas en libertad si estaban embarazadas, o tenían hijos pequeños en casa o problemas graves de salud.