Los terremotos de la semana pasada volvieron a recordarles a los habitantes de California que en algún momento va a llegar el temido "Big One".
Así es como conocen al hipotético gran terremoto de efectos catastróficos que los científicos esperan sacuda la costa oeste de Estados Unidos, específicamente California.
"No se trata de si habrá un gran terremoto sino de cuándo ocurrirá", es lo que dicen los geólogos que han estudiado la zona.
Los sismos de días recientes, los más potentes en 20 años, se hicieron sentir con más fuerza en la ciudad de Ridgecrest, a unos 250 kilómetros al norte de Los Ángeles.
No hubo muertes que lamentar, aunque sí se desataron incendios y hubo daños a infraestructuras y vías.
Un panorama que alarmó a residentes en ciudades como Los Ángeles, que vieron cómo las tiendas de artículos para acampar y kits de primeros auxilios agotaron su inventario durante el fin de semana.
¿Por qué lo llaman "Big One"?
En inglés, "Big One" se puede traducir como "el grande". "En California, tendemos a utilizar el término Big One para referirnos a un terremoto muy grande en la falla de San Andrés, un evento de magnitud 7,8 u 8", declaró recientemente a medios locales Lucy Jones, sismóloga de referencia en la región.
Por su parte, el periodista Jacob Margolis, presentador de un podcast llamado The Big One, le aclara a BBC Mundo que "'Big One quiere decir que no solo debemos considerar la magnitud del terremoto sino el nivel de daño".
"La falla de San Andrés fue la causante del terremoto de magnitud de 7,8 que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, provocando la muerte de más de 3.000 personas
Y es que grandes ciudades como Los Ángeles, San Francisco y San Bernardino han sido construidas en las cercanías de la activa e imponente falla de San Andrés,que recorre California de norte a sur a lo largo de 1.300 kilómetros y delimita la placa norteamericana de la placa del Pacífico.
La de San Andrés es una de las fallas más estudiadas del planeta ya que en su práctica totalidad se encuentra sobre la superficie terrestre.
Fue la causante del terremoto de magnitud de 7,8 que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, provocando la muerte de más de 3.000 personas.
A los científicos les preocupa específicamente la sección sur de la falla pues, según estimaciones, lleva demasiado tiempo sin descargar cantidades grandes de energía.
Estudios geológicos muestran que en los últimos 1.500 a 1.400 años, terremotos grandes han ocurrido con una periodicidad de unos 150 años en la sección sur de la falla.
El sismo más grande ocurrido en esa región fue en 1857, por lo que esa zona se considera un lugar probable para la ocurrencia de un fuerte terremoto en las próximas décadas.
Los sismólogos aclaran, sin embargo, que no tienen manera de anticipar cuándo ocurrirá.
Los cálculos más conservadores apuntan a que, de producirse un sismo de magnitud 7,8 en esa sección -que tendría un impacto directo en Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EE.UU.- cerca de 2.000 personas morirían y habría más de 50.000 heridos.
Los daños materiales superarían los US$200.000 millones.
Temor al Big One
Por su extensión y por el hecho de delimitar dos placas tectónicas, un terremoto en la falla de San Andrés es a menudo citado como ese Big One que muchos californianos temen.
Pero el término bien puede utilizarse para hablar de otros sismos que, de ocurrir, también podrían causar graves daños.
Por ejemplo, la falla de Hayward, localizada en el este de la bahía de San Francisco fue calificada como "una suerte de bomba de tiempo tectónica" por el geólogo emérito del USGS David Schwartz.
Científicos del USGS enfatizan que una ruptura de esa falla es un evento inusual, que ocurre "cada 3.000 años".
"Los científicos se preocupan menos por esta porque no es tan activa como la de San Andrés, pero un sismo allí podría ser muy destructivo en Los Ángeles", advierte Margolis.
Según estimaciones publicadas por el USGS en 2005, un terremoto de 7,5 en Puente Hills podría resultar en la muerte de 3.000 a 18.000 personas y pérdidas valoradas en US$250.000 millones.
En años recientes y para prevenir peores daños, sin embargo, las autoridades de Los Ángeles han requerido que los dueños de edificios fortalezcan las estructuras consideradas como débiles y vulnerables a colapsar en un terremoto.El USGS consideró en un reporte de 2018 que esta falla "es una de las más activas y peligrosas porque recorre una región densamente urbanizada e interconectada".
En la zona viven unos siete millones de personas. "Cada quien, dependiendo de en qué zona de California estés, tiene su propio Big One", señala Margolis.
El periodista hace referencia a otra falla, la de Puente Hills, ubicada debajo de la ciudad de Los Ángeles.