La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés) reportó la muerte de 60 focas que aparecieron sin vida en las costas de Bering y Chukotka en Alaskas este miércoles.
Las causas de esas muertes masivas aún están en investigación por parte de los biólogos y especialistas que intentan descartar posibles fenómenos climáticos o de contaminación que afecten a otras especies de fauna marina.
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Los biólogos señalan que notaron que algunos de los cuerpos sin vida habían perdido parte del pelo, por lo que se investigará si este hecho fue provocado por la descomposición de los cuerpos o por una muda anormal mientras estaban vivos.
Las focas muertas han sido halladas entre el extremo sur de la región del estrecho de Bering y el litoral de Chukchi, por encima del Círculo Ártico. Los cuerpos de los marinos encontrados pertenecen a las especies de focas barbudas, manchadas y oceladas que frecuentan zonas donde existen bloques o témpanos de hielo ubicados en superficies que se encuentran sobre aguas poco profundas.
Según la agencia, el hielo en los mares de Bering y Chukchi ha sido mucho más escaso de lo normal y las temperaturas de la superficie mucho más elevadas de lo habitual por lo que investigarán si estos fenómenos están directamente relacionados con las muertes de los marinos.
Durante el último mes, las temperaturas de la superficie del mar a lo largo de los litorales del mar de Bering y el sur del mar de Chukchi fueron de hasta 4,5ºC por encima de la normal y se han mantenido a lo largo del tiempo.
En el comunicado, la NOAA expresa su preocupación por lo ocurrido, ya que las focas son un recurso muy importante para las comunidades nativas de Alaska.
Julie Speegle, portavoz de Pesquerías de la NOAA explica que “Estamos movilizando a nuestros expertos en mamíferos marinos y a nuestros colaboradores para que puedan venir a recoger varias muestras,” explica. “Podría tratarse de una floración tóxica de algas. Podrían ser varias cosas.”
Las muertes, que empezaron a documentarse en mayo, coinciden con el alarmante número de ballenas grises halladas muertas, hasta 160 por el momento, a lo largo de toda su ruta migratoria, que abarca aguas canadienses, estadounidenses y mexicanas.