La Policía de Nueva York detuvo a un hombre por encerrar a su hija de tres años en su auto y quemarla viva para vengarse de su expareja, con la que disputaba la custodia de la menor.
El hecho ocurrió el pasado 5 de mayo, cerca de Queens Park. Según varios testigos, el hombre de 39 años, identificado como Martín Pereira, salió envuelto en llamas del vehículo y gritó: "Mi hija está en el auto". Pero en lugar de tratar de sacarla, se tiró a un lago para apagar las llamas.
Las autoridades pronto descubrieron que no había sido ningún accidente, sino que todo había sido milimétricamente planificado. La niña, llamada Zoey, estaba atada a su silla de bebé y las puertas traseras habían sido atadas entre sí con cadenas para impedir que alguien pudiera abrirlas. El auto había sido rociado con nafta y en el baúl encontraron una garrafa, indicó el New York Post.
Te puede interesar: Cuatro niños y dos adultos mueren en un incendio en Nueva York
Los servicios de emergencia llevaron a la pequeña a un hospital, donde solo pudieron constatar su muerte. La policía encontró a Pereira escondiéndose entre la vegetación en ropa interior y lo llevó también a un centro médico, ya que había sufrido quemaduras de segundo grado en un 70% del cuerpo. Desde entonces, quedó detenido por homicidio.
El hombre de 39 años se había separado de su pareja, Cherone Coleman, hace dos meses, después de cinco años juntos y poco antes de casarse. Ambos se peleaban por la custodia de la niña y presentaron denuncias uno contra el otro por malos tratos hacia la chiquita.
Poco antes de cometer el crimen, Pereira avisó a la madre a través de un primo que planeaba matar a su hija y suicidarse. Ella lo llamó enseguida y la comunicación la dejó helada. "Te voy a volver loca. Nunca volverás a ver a tu hija", le dijo Pereira. En estado de pánico, avisó la policía de lo que ocurría. Pero ya era tarde.
También puedes ver: Se extirpó el pene y los testículos en su casa: "Me siento más yo"
"Siempre pensé que me iba a hacer daño a mí", declaró la mujer a The Daily News. "Pero nunca pensé que iba a lastimar a mi hija".
"Mi hija era perfecta, era amorosa, siempre sonreía y, se preocupaba por los demás", dijo la mamá, entre lágrimas.