Arquidiócesis retira a cura de sus funciones por supuesta violación

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La arquidiócesis de Galveston-Houston (Texas, EE.UU.) ha retirado al sacerdote Jesús Suárez de sus funciones por su supuesta implicación en abusos a menores de edad en Colombia, informó la institución religiosa en un comunicado.

La arquidiócesis subrayó que Suárez podría haber sido padre biológico de bebés como consecuencia de esos presuntos abusos a menores.

La nota precisa que el cura, cuya nacionalidad no especificó, pudo haber llevado a cabo esas agresiones sexuales en Colombia, antes de llegar a Estados Unidos en 1994.

La institución agregó que supo hace poco de estas alegaciones contra Suarez, y señaló que se ha leído una carta ante los parroquianos de todas las iglesias de la archidiócesis en las que el religioso había servido previamente.

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El último lugar en el que el sacerdote ha ejercido ha sido la parroquia de Saint Philip of Jesus en Houston.

El texto subrayó que se ha notificado a la Policía de Houston las acusaciones contra Suárez.

El sacerdote no aparece en el listado publicado a finales de enero por quince diócesis del estado de Texas, incluyendo la de Galveston-Houston, con los nombres de 286 religiosos que presuntamente abusaron de niños y adolescentes.

Después de la publicación de un informe judicial en el estado de Pensilvania en agosto, que documentaba 300 casos de “sacerdotes depredadores” sexuales, cerca de 50 diócesis de todo Estados Unidos han publicado listas con nombres de más de 1.200 curas acusados de abuso a menores.

Tras el escándalo destapado en Pensilvania, la Conferencia Episcopal del país anunció un plan integral para abordar la “catástrofe moral” que sufre el seno de la Iglesia estadounidense.

Por su parte, el Vaticano ha calificado de “criminales” los abusos descritos en el informe de Pensilvania y ha considerado que “debería haber asunción de responsabilidad” de los abusadores y de quienes “permitieron que se produjeran”.

Tras el escándalo, varias congregaciones católicas de los estados de Arkansas, Oklahoma, Luisiana y Nueva York han dado a conocer las identidades de sacerdotes implicados en este tipo de actividades y han condenado los hechos.