EL PASO, Texas, EE.UU. (AP) — El gobierno estadounidense reasignará temporalmente a 750 inspectores fronterizos para que ayuden a atender el creciente número de migrantes _la mayoría familias centroamericanas_ que llegan a la frontera con México y se entregan a las autoridades buscando asilo.
El titular de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), Kevin McAleenan, dijo el miércoles que los cambios significarán esperas más prolongadas en los cruces fronterizos a medida que se acerca la ajetreada época de Pascua, pero agregó que era necesario abordar “una crisis operacional”.
Los agentes reasignados procesarán a los migrantes que requieran atención médica. Se desconoce hasta cuándo regresarán los agentes a sus labores de rutina.
La reasignación “impactará al tráfico fronterizo”, dijo McAleenan en conferencia de prensa en El Paso, Texas, una ciudad que después de años de relativa calma se ha colocado rápidamente como el segundo corredor con más cruces ilegales después del Valle del Río Grande, también en Texas. “El procesamiento comercial será más lento. Habrá tiempos de espera en nuestras filas de peatones y de vehículos de pasajeros”.
Las detenciones en la frontera con México subieron a 66.450 en febrero, un 149% más que en el mismo periodo del año anterior, ante el incremento en la llegada de familias centroamericanas en busca de asilo. En tanto, en el sector de El Paso _que abarca Nuevo México y gran parte del oeste de Texas_ el número de arrestos en febrero fue ocho veces mayor que en 2018.
Y marzo ha supuesto una mayor actividad. McAleenan dijo que la agencia fronteriza va en camino de realizar 100.000 detenciones o denegaciones de entrada en el mes, un 30% más que en febrero y casi el doble que en el mismo periodo del año pasado. Unos 55.000 habrían llegado como familias, incluso 40.000 niños. Solo el lunes, las autoridades efectuaron más de 4.000 detenciones en la frontera.
Aunque las detenciones siguen por debajo del récord de principios de comienzos de la década del 2000, el incremento en la entrada de familias y niños elevó la presión sobre las autoridades.
La oficina de aduanas lleva a hospitales a más de 60 migrantes por día, detalló McAleenan. En los últimos cuatro días, ha habido niños con hasta 40 grados de fiebre (105 F), otro de dos años se convulsionó en el desierto y un hombre de 40 que tenía fallas en órganos se negó a ser operado.