Cámara oculta reveló la crueldad de una madre a su hijo discapacitado

 

En Virginia, una madre reconoció haber inyectado su sangre a su hijo discapacitado de 5 años para que los doctores del hospital prestaran atención al menor enfermo.

En abril de 2018, su hijo estaba internado en el Hospital Inova Fairfax. Una cámara oculta grabó el momento exacto en que Elizabeth Malone, de 29 años, usó una jeringa para introducir su sangre en el tubo endotraqueal del pequeño.

Días antes del suceso, los responsables del centro sanitario habían instalado una cámara de video en el cuarto del niño. Decidieron colocarla después de que una enfermera se diera cuenta que Malone había escondido una jeringuilla en su manga.

La empleada también encontró una servilleta manchada de sangre en el baño de la habitación.

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En solo dos meses, habían internado al menor siete veces como consecuencia de un sangrado inexplicable. Esto alertó a los servicios de protección social, que consideraron la posibilidad de que alguien estuviera maltratando deliberadamente al enfermo.

Los funcionarios compartieron sus sospechas con los profesionales del hospital, que comenzaron a vigilar más de cerca a los familiares del niño.

La cámara oculta grabó a la procesada inyectar su sangre en la sonda de su hijo, que se encontraba tendido en la cama. Su acción provocó que instantáneamente el plasma saliera de la nariz y la boca del pequeño, alarmando a médicos y enfermeras que corrieron a asistirlo.

Los días siguientes el estado del menor empeoró gravemente. Sufrió severas infecciones y fiebres altas. Los médicos llegaron incluso a temer por su vida.

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Aunque Malone negó en un primer momento los hechos, terminó por confesar el crimen y explicó que manipuló el tubo traqueal para forzar a los doctores y a las enfermeras a que atendieran al niño, destacó Infobae

"Nunca quise hacerle daño intencionalmente" dijo a los agentes en una entrevista, según pudo saber la NBC. "Sé lo que hice, sé lo que hice. Castíguenme pero por favor déjenme ver a mi hijo de nuevo".

La procesada contó que en una ocasión, cuando su hijo sangró por su enfermedad, el personal sanitario se había mostrado realmente preocupado y le habían atendido diligentemente. Para lograr la misma profesionalidad, se le ocurrió inyectarle sangre suya al pequeño.

Malon, que admitió su culpabilidad, será juzgada en junio por un delito de abuso infantil.

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