Mató a dos mujeres y un bebé pero no irá a prisión

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“Tenía la vista fija en la carretera”, aseguró la joven, “no les vi venir”.

Zoe Reardo tenía 17 años cuando, a las 8:16 de la tarde del 9 de septiembre de 2017, atropelló a tres personas con el Jeep Patriot plateado que manejaba por una carretera en Georgia.

Kaitlin Hunt, de 28 años, llevaba a su hija Riley, de tres meses, en brazos. La niña murió horas después en un hospital. Su madre falleció a los tres días, según informó la Oficina del Sheriff del condado de Cherokee. Una amiga de la familia, Kathy Deming, de 61 años, perdió la vida una semana más tarde a consecuencia de las heridas recibidas.

Los tres habían viajado a Georgia huyendo del huracán Irma, que amenazaba entonces su ciudad, Port St. Lucie (Florida), y esa noche habían acudido a un concierto en la localidad de Woodstock.

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Murieron cuando trataban de cruzar la carretera junto a otros familiares en un lugar “sin paso de cebra ni farolas” y vistiendo ropas oscuras, según la investigación policial.

La policía concluyó que la conductora, que fue arrestada ocho meses después del incidente, no estaba distraída con el teléfono celular ni borracha, y manejaba por debajo del límite de 35 millas por hora.

La joven había enviado un mensaje de celular a su padre discutiendo sobre la cena, pero eso había ocurrido dos minutos y medio antes, según indicaron sus abogados, y lo hizo con el vehículo detenido.

El caso fue cerrado, pero reabierto de nuevo tras una denuncia civil.

“A veces un accidente es un accidente, y no es necesario intentar forzar la culpa sobre alguien”, explicó el abogado Manny Arora.

La joven, que ahora tiene 19 años, ha sido condenada esta semana a 36 meses de libertad condicional, y no entrará en prisión, por lo que podrá seguir atendiendo a la universidad en Texas. Su licencia será suspendida hasta tres años, y deberá pagar además una multa de hasta 4.000 dólares.

“Usted es muy joven”, dijo el juez, Alan Jordan, “tiene toda su vida por delante, anticipo que esto será algo difícil de asimilar por el resto de su vida”.

“Quiero aprovechar esta oportunidad para decirles cuánto lo siento”, afirmó la joven llorando ante los familiares de las víctimas en la corte.

Se disculpó además por no haber contactado antes con ellos, aunque su abogado explicó que la policía se lo había recomendado así.

Las familias habían solicitado para ella la máxima condena, tres años de prisión.

“Es ridículo decir que cruzaron por delante suyo, eso no pasó, y usted sabe que no pasó”, le dijo el viudo de Hunt, Mike Deming, mirándola a los ojos.