El gobernador de California, Gavin Newsom, planea firmar este miércoles una moratoria sobre las ejecuciones de 737 presos condenados a muerte, al menos mientras esté en el cargo. A primera hora de la mañana, el presidente Donald Trump ha arremetido contra la medida.
“Desafiando a los votantes, el gobernador de California detendrá todas las ejecuciones de pena de muerte de 737 asesinos. Los amigos y familiares de las VÍCTIMAS siempre olvidadas no están entusiasmados, ¡y yo tampoco!”, ha dicho en Twitter el mandatario.
California cuenta con el corredor de la muerte más poblado de Estados Unidos, aunque es uno de los estados con menos ejecuciones del país, con un total de 13 (la última en 2006) desde la restitución de la pena capital en 1976.
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Además de suspender la posible ejecución de cualquiera de estos presos, el decreto de moratoria también incluirá el cierre de la sala de ejecuciones ubicada en la prisión estatal de San Quintín y cancelará los esfuerzos legales que adelantaba el estado para que los tribunales avalasen nuevas inyecciones letales.
Según ha adelantado la oficina del gobernador, está previsto que Newsom en su discurso de este miércoles afirme que pena de muerte ha sido "un fracaso". "Ha discriminado a los acusados con enfermedades mentales, a los afroamericanos y a los latinos, a los que no pueden pagar una defensa costosa".
Con esta decisión, California se unirá a Pensilvania, Oregón y Colorado como estados con moratorias de las ejecuciones decretadas por los gobernadores pero con la pena de muerte vigente. Newsom sorteará así el resultado de hasta tres referendos que en los últimos años han avalado la pena de muerte en California.
En 2012 y 2016 los californianos rechazaron en las urnas sendas propuestas para abolir la pena de muerte, y también en 2016 apoyaron una iniciativa que preveía acortar el proceso de apelaciones al que un preso tiene derecho con el objetivo de acelerar las ejecuciones.
Pese a la moratoria, los tribunales podrán seguir condenando a muerte a nuevos acusados, que en ese caso pasarán a engrosar el corredor de la muerte. Y es que no está previsto que Newsom use su potestad de conmutar las penas capitales de los 737 condenados por cadenas perpetuas.
Desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos restituyó la pena de muerte en 1976, han sido ejecutados en todo el país 1.493 presos, la mayoría en el estado de Texas (560), mientras que en California han sido 13. A octubre de 2018, California contaba con 740 de los 2.721 presos condenados a muerte en EE.UU., un 27,2 % del total, más del doble que el segundo, Florida, con 354.
Veinte de los 50 estados de la Unión han abolido la pena de muerte, que sigue vigente para los otros 30, además de para el Gobierno federal y para las Fuerzas Armadas.