El ex jefe de campaña del presidente de Estados Unidos Donald Trump, Paul Manafort, fue sentenciado a 3 años y once meses de prisión por fraude fiscal y estafa. Una condena que destacó por ser mucho menor que la recomendada por el fiscal -entre 19 y 24 años-, respaldada por el equipo del fiscal especial de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales, ex director del FBI, Robert Mueller.
Sin embargo, el juez de Virginia, T. S. Ellis, quiso hacer también hincapié en que "Manafort no se encuentra aquí por haber conspirado con el gobierno de Rusia". Es cierto que los cargos contra Manafort, en la lista de asociados del presidente acusados en el marco de la investigación de la injerencia rusa, se presentaron a raíz de las pruebas recogidas por el equipo de Mueller. En cambio, ya durante el juicio, el juez no ocultó que pensaba que se habían presentado estos cargos, debido a su proximidad al presidente de EEUU con la intención de presionarle para conseguir pruebas contra Trump.
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Mientras, T. S. Ellis siempre resaltó que las evidencias se centraron en que Manafort no pagó los impuestos de más de 16 millones de dólares en ingresos por asesorar a políticos en Ucrania, cercanos a Moscú. En total, ganó con ellos alrededor de 60 millones. Por ello, a juicio de Ellis, el asunto siempre se trató de un caso de fraude.
De esta forma, el juez destacó que se debía considerar el resto de la vida de Manafort. A su juicio, fue "buen amigo" y "buena persona". "Pero, no puede borrar su actividad delictiva", recordó. A su favor, también destacó su trabajo desempeñado para los presidentes republicanos, Gerald Ford, Ronald Reagan y George. H. Bush.
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El ex jefe de campaña de Trump, que se presentó en silla de ruedas y el uniforme verde de su prisión en Alexandria (Virginia), se quejó que haber sido "humillado". "Los dos últimos años han sido los más difíciles de mi vida para mi familia", reconoció Paul Manafort, el cual ha estado en régimen de aislamiento.
Todavía así, no termina aquí su cita con la Justicia. La semana que viene tiene pendiente otro juicio en Washington, en el que se enfrenta a hasta diez años de prisión por dos cargos de conspiración contra EEUU y obstrucción a la Justicia. En esta ocasión, tiene en su contra que se han demostrado sus mentiras al equipo de Mueller sobre su contacto con Konstantin Kilimnik, al que el FBI relaciona con la inteligencia rusa.