Las autoridades de Estados Unidos habrían separado en la frontera con México a “miles” de niños más de los reconocidos oficialmente, según un informe de la Oficina del inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, siglas en inglés), desconociéndose si ha habido reunificación familiar posterior.
El documento, hecho público este jueves, asegura que la separación de menores de sus progenitores alcanzó su punto máximo en el verano de 2017, un año antes de la política de tolerancia cero dictada por Donald Trump por la que se detuvo a los padres que cruzaban la frontera de forma ilegal mientras se mantenía a sus hijos separados bajo la custodia de la HHS.
La cifra de menores separados por la fuerza de sus familias alcanzó entonces unos 3.000 niños.
En la primavera de 2018, la Administración ordenó separar a las familias para que los adultos quedasen bajo arresto de las autoridades federales y los niños, entretanto, al cuidado de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés). A raíz de una demanda colectiva, la Justicia ordenó en junio del año pasado paralizar esta controvertida política y reunir a las familias.
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En diciembre pasado, el departamento a cargo de Salud y Servicios Humanos tenía identificados a más de 2.700 niños separados de sus padres a instancias de la estricta política del presidente, que debían ser devueltos sus familias según la citada orden judicial de junio.
Pero ninguna de las cifras anteriores representa la verdadera magnitud de las separaciones familiares. Miles de niños más podrían haber sufrido esa situación antes de que comenzara el conteo oficial pero el total sigue siendo desconocido, según el informe, en gran parte debido a la falta de coordinación entre las agencias del Gobierno involucradas en esta crisis.
A pesar de que en Administraciones anteriores se ha separado también a menores de adultos en la frontera por temor a que hubieran sido secuestrados para fines ilícitos o a que los padres no estuvieran capacitados para su custodia, este documento certifica un incremento considerable de las separaciones bajo el mandato de Trump.
Durante la Administración del presidente Barack Obama (2009-2017), la proporción de separaciones familiares entre todas las entradas de extranjeros al país fue del 0,3% a finales de 2016. En agosto de 2017, el porcentaje se había elevado hasta el 3,6 %.
La evaluación del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que ha basado su informe tanto en documentos oficiales como en entrevistas con autoridades, ha instado a “mejorar la comunicación, la transparencia y la rendición de cuentas para la identificación, la atención y la ubicación de los niños separados”.
Dicho departamento asegura que “no puede ofrecer información más específica sobre dónde se encuentran estos menores”, porque los sistemas de rastreo que se usaban entonces eran “informales” y diseñados para “fines operativos" en lugar de para realizar "seguimientos retrospectivos".
Trump quiere marcar su paso por la Casa Blanca con la impronta de acabar con el flujo de migrantes indocumentados que cruzan la frontera sur del país, lo que le ha llevado a declarar el que ya es el cierre parcial de Gobierno (shutdown) más largo de la historia del país al solicitar al Congreso, sin éxito, más de 5.000 millones de dólares para financiar el sueño de su muro fronterizo con México.