Estados Unidos extenderá hasta el 30 de septiembre el despliegue de soldados y miembros de la Guardia Costera en la frontera con México, para ayudar a las autoridades fronterizas frente al flujo migratorio irregular, anunció el Pentágono este lunes.
Como parte de la decisión de prolongar la misión más allá del plazo original del 31 de enero, el Pentágono dijo que estaba "iniciando la transición de su apoyo, en la frontera suroeste, del reforzamiento de los puntos de entrada a vigilancia y detección móviles", así como instalando alambre de púas en la línea fronteriza.
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"El Departamento de Defensa continuará brindando apoyo aéreo", agregó la declaración.
El Pentágono ya tiene alrededor de 2.350 soldados activos estacionadas a lo largo de la frontera, desplegados bajo una controvertida orden que el presidente Donald Trump emitió el año pasado, antes de las elecciones de mitad de mandato, cuando miles de migrantes centroamericanos huyendo de la violencia y pobreza de sus países marchaban hacia la frontera para pedir asilo.
Los detractores tacharon la orden de Trump como una jugada política para apelar a sus seguidores antes de los comicios, en la que sus aliados republicanos perdieron el control de la Cámara de Representantes.
Trump había evocado una "emergencia nacional" y una "invasión", y había sugerido que los soldados podrían disparar a los migrantes si éstos tiraban piedras al lado estadounidense.
La decisión ha colocado al ejército, supuestamente apolítico, en un incómodo primer plano.
Unos 2.200 miembros de la Guardia Nacional ya apoyaban las operaciones fronterizas antes de que Trump enviara a los soldados.
El despliegue militar debía terminar a mediados de diciembre, antes de ser extendido a enero, un plazo que ahora fue nuevamente prolongado.
El papel de las tropas había sido principalmente el de erigir kilómetros de cercas de alambre de púas a lo largo de los puntos de cruce populares.
Dos veces desde noviembre, agentes fronterizos han disparado gas lacrimógeno contra migrantes que intentaban cruzar al país en el área de San Diego.
Trump ha sido inquebrantable en su demanda de un muro fronterizo, provocando un importante estancamiento político y un cierre parcial del gobierno que está entrando en su cuarta semana, con crecientes costos asociados.
Solo recientemente desanduvo su amenaza de declarar una emergencia nacional que liberaría del Departamento de Defensa fondos para la barrera fronteriza, luego de asomar esa idea por días como una solución al punto muerto sobre el presupuesto.