Washington, Estados Unidos | AFP | El ejército estadounidense confirmó que la orden de retirar a sus tropas de Siria ya fue firmada, luego de que el presidente Donald Trump, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, acordaran prevenir un vacío de poder a raíz de la polémica medida.
El anuncio de que los 2.000 soldados estadounidenses abandonarían el país devastado por la guerra civil, donde fueron desplegados para asistir en la guerra contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), sorprendió a aliados globales y políticos locales por igual.
"El decreto para Siria ha sido firmado", dijo un portavoz militar a la AFP al ser preguntado por la orden, sin proporcionar más detalles.
Te puede interesar: Cierre del Gobierno en EE.UU. golpea a turistas, funcionarios y parques
Turquía alabó la trascendental decisión de Trump sobre Siria, país donde ahora tendrá rienda suelta para atacar a los combatientes kurdos aliados de Estados Unidos que han desempeñado un papel clave en la guerra contra el EI, pero que Ankara considera terroristas.
Trump y Erdogan hablaron el domingo por teléfono y "acordaron asegurar la coordinación militar, diplomática y en otras áreas para evitar un eventual vacío de poder (…) tras el retiro y la fase de transición en Siria", indicó un comunicado del gobierno turco.
El mandatario estadounidense dijo el domingo a última hora que Erdogan le aseguró que eliminará a cualquier combatiente del EI que quede en Siria tras la retirada de sus tropas del país.
"El presidente de Turquía @RT_Erdogan me ha asegurado en términos muy firmes que va a erradicar lo que queda del EI en Siria", tuiteó Trump, y añadió: "Nuestros soldados vuelven a casa".
Horas antes, Trump había tuiteado que él y Erdogan hablaron sobre el EI, la participación de ambos países en Siria y la "retirada lenta y extremadamente coordinada de las tropas estadounidenses de la zona".
Fuentes de la Casa Blanca citados por The Washington Post dijeron que los asesores del presidente lo convencieron de que retire las tropas más lentamente de lo que quisiera para no poner en peligro su seguridad.
La retirada podría tener implicaciones geopolíticas extraordinarias, y va en contra de la tradicional política estadounidense en la región.
El domingo, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que "lamentaba profundamente" la decisión de Trump y que "un aliado debe ser confiable".
Israel, en tanto, ha tenido cuidado de señalar que respeta la decisión de Estados Unidos, pero analistas dicen que bajo de esos pronunciamientos públicos hay preocupaciones sobre si su enemigo principal, Irán, tendrá ahora una vía libre.
Las tropas estadounidenses se irán bajo el mando de un nuevo jefe del Pentágono que asumirá su puesto en enero, después de que Jim Mattis renunciara al cargo por diferencias con Trump sobre temas clave, incluido Siria.
Políticos estadounidenses de ambos partidos rechazaron la afirmación de Trump de que el EI había sido derrotado, y muchos en el ejército estadounidense expresaron su alarma y consternación ante la idea de abandonar repentinamente a los socios kurdos de Washington.
La decisión de Trump también armó un gran revuelo dentro de su administración, provocando la renuncia de Mattis y de Brett McGurk, el enviado especial de Estados Unidos para la coalición contra el EI.
Los planes para la retirada de las tropas serán ahora supervisados por el subsecretario de Defensa, Patrick Shanahan, quien reemplazará a Mattis en el cargo desde el 1 de enero.
Mattis, de 68 años, había dicho que se iría a fines de febrero para permitir una transición sin problemas, pero un disgustado Trump aceleró su partida en dos meses.
"Y ahora Trump se deshace del SecDef Mattis casi de inmediato. No hay una transición sin problemas. No hay esfuerzo por tranquilizar a los aliados. Simplemente vengativo", tuiteó Carl Bildt, ex primer ministro sueco y actual copresidente del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Según medios estadounidenses, el líder republicano expresó su resentimiento por la cobertura noticiosa de la escueta carta de renuncia de Mattis, que puso de manifiesto sus desacuerdos fundamentales con el presidente.
Días después, el enviado especial McGurk tomó una decisión similar, diciendo que no podía apoyar la decisión de Trump en Siria que aseguró "dejó a nuestros socios de coalición confundidos y a nuestros socios aún en combate desconcertados".
A diferencia de Mattis, Shanahan nunca ha servido en el ejército y ha pasado la mayor parte de su carrera en el sector privado. Incluso como vicepresidente y gerente general de Boeing Missile Defense Systems, antes de pasar al Pentágono como subsecretario en 2017.
Hasta que Trump encuentre un líder permanente en Defensa, Shanahan dirigirá los planes para que las tropas estadounidenses abandonen Siria junto con una importante reducción en Afganistán. Ambas decisiones preocupan a los críticos, que estiman que la medida dejará a las regiones devastadas por la guerra en riesgo de un potencial y continuo derramamiento de sangre.