Miami, 8 oct (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, instó este lunes al Departamento de Justicia a detener la violencia en Chicago mediante la polémica política conocida "Stop & Frisk" (parar y requisar) durante un discurso en Orlando (Florida).
Trump señaló en el foro de la Asociación Internacional de Jefes Policiales que se realiza en Orlando que ha ordenado a la oficina del fiscal general del país, Jeff Sessions, "que vaya inmediatamente a la gran ciudad de Chicago para ayudar a corregir la terrible ola de tiroteos".
"No tiene sentido lo que está sucediendo allí", manifestó Trump, quien defendió la política "Stop & Frisk", la cual ha sido cuestionada por organizaciones civiles del país al considerar que se presta para discriminar a minorías.
Señaló que esa política "funciona" y se puede aplicar "correctamente" y puso como ejemplo lo que hizo con ella Rudy Giuliani cuando era alcalde de Nueva York.
"Funciona y está destinada a problemas como los de Chicago", aseguró Trump, quien expresó que su prioridad es proteger a los oficiales de policía.
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El presidente, quien criticó a la prensa y a los demócratas, dijo que aquellos políticos que "propagan un sentimiento contra la policía" hacen "más peligroso" el trabajo de los uniformados.
Tras haber rendido tributo a un grupo de oficiales de policía reconocidos por su valentía, indicó también que los congresistas demócratas no están asegurando los recursos necesarios para fortalecer las fuerzas del orden.
El presidente viajó a Florida en compañía del vice fiscal general, Rod Rosenstein, en medio de rumores sobre la posible salida de éste del Gobierno, pero aseguró que no prevé despedirle.
El presidente también criticó los esfuerzos legales del Gobierno municipal de Chicago contra la directiva presidencial que busca reducir fondos federales a las ciudades que ofrecen santuario a los indocumentados y no colaboran con las autoridades de inmigración en programas que no son de obligatorio cumplimiento.
Las estadísticas oficiales indican que 2016 fue uno de los años más violentos de Chicago de las últimas dos décadas, con 771 homicidios, y que en 2017 la cifra se redujo a 650.
En marzo pasado Chicago registró el decimotercer mes consecutivo de descenso en los índices de violencia, con un 25 % menos de homicidios comparado con el mismo mes del año pasado.