Un hombre en Logan, Utah, fue detenido este miércoles bajo la sospecha de que fue el encargado de enviar esta semana al Pentágono y al presidente Donald Trump los paquetes con semillas de ricino, que pueden ser procesadas para generar una toxina mortal.
La identidad del acusado no fue revelada, informó el diario The Herald Journal News citando fuentes de la policía local.
Un agente de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) en Salt Lake City reveló que se estaban investigando "sustancias químicas potencialmente peligrosas" en la ciudad de Logan.
Los paquetes sospechosos enviados al Pentágono esta semana contenían semillas de ricino, de las que puede ser extraído la ricina, pero no el veneno mortal en sí, dijo un funcionario este miércoles.
La sección de revisión de correos del Pentágono había interceptado al menos dos paquetes el lunes -dirigidos al secretario de Defensa, Jim Mattis y al almirante John Richardson- que las autoridades sospechaban que contenían ricina.
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"De acuerdo con nuestro análisis preliminar, la sustancia eran semillas de ricino, de las cuales se deriva la ricina", dijo la portavoz del Pentágono, Dana White, señalando que el asunto seguía bajo la investigación de la agencia federal FBI.
Todo el correo en el Pentágono fue puesto en cuarentena brevemente al ser descubiertos los paquetes. Nadie resultó afectado.
Por separado, el Servicio Secreto estadounidense dijo que había obtenido un "sobre sospechoso" dirigido al presidente Donald Trump el lunes. "El sobre no fue recibido en la Casa Blanca, ni entró en la Casa Blanca", destacó el Servicio Secreto. La agencia no reveló detalles de lo que había en ese envío o dónde se recibió.
La ricina es parte del "puré" producido durante la elaboración del aceite de ricino. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, si se refina, la ricina puede usarse como un arma capaz de causar la muerte bajo ciertas circunstancias.
La ricina es letal en dosis diminutas si se ingiere, inhala o inyecta. Es 6.000 veces más potente que el cianuro y no existe antídoto contra ella.